En 50 años, el desarrollo de la medicina superó el de 5 siglos

(ÁNGELES CRUZ MARTÍNEZ. LA JORNADA)

El conocimiento se actualiza cada cinco a 10 años y a la misma velocidad se deberían adaptar los planes y programas de estudio en las universidades, principalmente en medicina, en la que el saber de las cinco décadas pasadas superaron el desarrollo científico de los cinco siglos anteriores, advirtió David Kershenobich, investigador en el Departamento de Gastroenterología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ)

En entrevista, el especialista en hepatología destacó que los cambios son de tal magnitud que las materias impartidas en las escuelas de medicina se ven sobrepasadas cuando el alumno termina la carrera. Ya no es un ejercicio nada más de memoria, sino de incorporar los nuevos avances, incluida la inteligencia artificial (IA).

En eso la responsabilidad es de las instituciones de educación superior; además es necesario tomar en cuenta los determinantes sociales que facilitan, dificultan o limitan el aprendizaje de los estudiantes, recomendó.

Ante el déficit de médicos en el país, 200 mil de acuerdo con estimaciones oficiales, Kershenobich, quien recientemente concluyó su gestión como director del INCMNSZ, cargo que ocupó durante 10 años, se refirió a la importancia que tienen las escuelas y facultades de medicina, las cuales han proliferado.

Hace unas semanas, el experto participó en un foro organizado por la Fundación UNAM, en el que destacó que en los pasados cinco años surgieron 50 nuevos planteles para un total de 211 hasta 2022, pero la mayoría no están certificados.

Al respecto, en entrevista por separado, José Luis García Ceja, director general de Calidad y Educación en Salud, comentó que a la Secretaría de Salud (Ssa) no le corresponde evaluar a las universidades, pero la selección de médicos que cada año se realiza con el Examen Nacional de Residencias Médicas (Enarm) es un filtro importante.

Buenos estudiantes en todo el país

Aseguró, sin embargo, que con base en los resultados de la prueba, lo que se ha observado es que los buenos alumnos están en todo el país, sin distinción de instituciones públicas o privadas. Eso da cuenta, indicó, de que mucho depende del aprovechamiento de cada alumno y no sólo de un plan de estudios.

Este año, el sistema nacional de salud ofrece alrededor de 20 mil plazas para la formación de médicos especialistas, mismas que se asignan con base en los resultados del Enarm.

Agregó que el examen se elabora con alto nivel de rigor, por médicos que de manera voluntaria participan en el diseño de los casos clínicos y las preguntas para cada uno.

También mencionó que el examen aborda las enfermedades de mayor prevalencia en la población general. Con base en escenarios clínicos sobre algún padecimiento, estudios de laboratorio e imagen, entre otros, los aspirantes deben plantear el diagnóstico, tratamiento y pronóstico para el caso.

García Ceja puntualizó que la prueba no evalúa las habilidades clínicas, sino su conocimiento médico, qué tanto leyeron y estudiaron.

Por separado, Kershenobich subrayó la importancia de que las escuelas incorporen las nuevas tecnologías para la enseñanza y mecanismos que faciliten el acceso a la información, incluso a las redes sociales que, bien utilizadas, tienen el potencial de impulsar el conocimiento y la innovación.

Indicó que la pandemia de covid-19 provocó cambios importantes en el ámbito científico. Puso como ejemplo que antes de la emergencia sanitaria, sólo 20 por ciento de las revistas en este ámbito eran de acceso abierto. Para el resto se tenía que pagar la suscripción.

Actualmente, hay acceso gratuito a 75 por ciento de las publicaciones, se pueden compartir y la cantidad de artículos que se publican cada semana de avances en medicina son muchísimos. Es un reto, porque quien practica la medicina clínica o de investigación debe estar al día, saber lo que pasa. Vivimos en un mundo global donde si algo nuevo aparece, al día siguiente está incorporado en todos lados.

De ahí la importancia de lo que ocurre en las escuelas y del concepto de sustentabilidad: la calidad de la educación va a determinar la calidad de la población de algún país, añadió.

El investigador reconoció que las instituciones de educación superior hacen esfuerzos importantes, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que cada vez más cuenta con alta tecnología para la enseñanza. Agregó que en medicina, en lugar de cadáveres, los alumnos tienen acceso a simuladores. Ahí aprenden desde canalizar una vena (para colocar un suero), introducir una sonda e incluso técnicas quirúrgicas.

Si una escuela de medicina no tiene esas facilidades para enseñar, se pierden oportunidades relevantes de adquisición de conocimientos, concluyó.