En México vivimos las consecuencias del olvido hídrico

(NELLY TOCHE. EL ECONOMISTA)

En este gobierno se redujo el presupuesto a menos del 50% para la Conagua; 40% del líquido se pierde en las redes de distribución y 60% de las aguas residuales no son tratadas; necesitamos una mejor gestión del agua, asegura Juan Francisco Bustamante, presidente de la Asociación Mexicana para la correcta Hidratación.

El cambio climático ya es un hecho, en foros mundiales, incluida la COP 28 que concluye este martes, se ha abordado desde diversos puntos de vista. Por muchas razones, entre ellas la sobre explotación del medio ambiente, es que llegamos a este punto donde vemos un incremento en las temperaturas medias que veníamos viendo durante más de 100 años. Sin embargo, Juan Francisco Bustamante, presidente de la Asociación Mexicana para la correcta Hidratación, asegura que un punto central ha sido la mala planeación y gestión de los recursos.

Dijo que el cambio climático no puede verse de manera sexenal, “se trata de una falta de visión”. El maestro en gestión de infraestructura se centra en el ejemplo del agua y la planeación hídrica, visión de cuencas y asignación de recursos. “Estamos viviendo las consecuencias de una mentalidad cortoplacista y la afectación son sequías más extensas y que no podamos aprovechar la tierra como deberíamos, pues un 76% del agua potable se ocupa en riego y de ese porcentaje, más del 50% se desperdicia en evaporaciones y filtraciones”.

En Estados Unidos, por ejemplo, dijo, tienen ciudades con menos agua y con parques más verdes, mayor acceso al agua, mayor calidad de agua, incluso con más población, “Aquí es donde nos preguntamos ¿cuál es el problema? Que no hay agua o que no hemos sabido gestionar los recursos y planearlos a largo plazo.

Asegura que estamos viviendo las consecuencias del olvido hídrico y el mal uso del agua. Comparte que hoy en México se tiene un 40% de pérdidas en el vital líquido en las redes, el 60% de las aguas residuales no se tratan, el 100% de los mantos acuíferos en el país están contaminados, “en fin, son diversas vertientes que nos tienen que generar una reflexión como sociedad, si no, estamos por vivir una crisis hídrica mayor”. Una variable más es la económica, en este sexenio, durante los primeros tres años de gobierno se redujo a menos del 50% el presupuesto para la Comisión Nacional del Agua, cuando el Banco Mundial estima que para revertir el problema en el sector hídrico, necesitamos 20 años consecutivos de inversiones mayores a 84,000 millones de pesos.

Dijo que actualmente nos cuesta mucho más dinero el problema que tratar de resolverlo. Que se cierre más del 40% el sistema Cutzamala, por esta sequía que estamos presentando, la última sequía parecida se presentó en 2012, es un retroceso importante que desperdicia los recursos.

Por otro lado, la gente que no paga los servicios de agua potable en México es muy alta, arriba del 40% de los ciudadanos no se hace cargo de su consumo, si lo transformamos en pesos, son miles de millones. El problema también es que la gente no recibe agua de calidad, en el país de cada diez muestras, seis van a tener algún tipo de contaminación, desde bacteriológica, como heces fecales, hasta metales pesados, como arsénico, entonces no se quiere pagar por un servicio así, por ello se invierten más de 200 mil millones de pesos anualmente en rellenar envases de agua. “Es ahí donde están las discrepancias para conseguir agua de calidad, cuando el agua es un derecho humano por el artículo 4°”.

De acuerdo con el especialista, 2.6 millones de mexicanos mueren al año por enfermedades gastrointestinales, principalmente por beber agua contaminada, 95,000 de ellos son menores de edad. “El gasto público que representan estas enfermedades, se podría revertir si cambiamos la concepción, necesitamos una mentalidad diferente y gestionar mejor los recursos hídricos”, asegura.

La gestión sostenible

Bustamante asegura que el cambio tiene que venir de la educación y conciencia, dijo que esto no quiere decir que no utilicemos agua para asearnos, pero sí tener una conciencia de rehúso, hoy no se utiliza ni el 10% del agua residual. También ejercer el derecho de no comprar a negocios que no ofrezcan agua de calidad, una exigencia para los organismos operadores para que suministren agua de calidad y por parte de las autoridades, que se pidan cuentas claras y se cumpla con multas y revisiones a las plantas potabilizadoras.

También manteniendo limpias las cisternas y tinacos es parte de este trabajo colectivo que representa un enfoque cultural. “Requerimos una planeación hídrica a corto, mediano y largo plazo.

Hoy tan solo en la Ciudad de México hay casi 100 organismos operadores entre el sistema de aguas y los organismos del estado de México, todos esos pequeños organismos no solo no contribuyen al abasto de agua, sino que también se trata en algunos casos de organismos corruptos que solo benefician a unos cuantos”. Por ejemplo, en Ecatepec el negocio de las pipas de agua comprende el 70% del abastecimiento en el municipio. “La idea sería arreglar la red y mejorar la calidad del servicio, pero esto afectaría al negocio de las pipas”.

“Con un cambio climático evidente, con una sequía que no podemos controlar, con obras que son subutilizadas por no tener de dónde sacar agua, gracias a todas las tomas clandestinas del sistema Cutzamala que abastecen a la ciudad, la ciudadanía tiene que alzar la voz y exigir agua de calidad, además de hacerse responsable de su contribución para que esto suceda”. Asegura que son muchas aristas que hay que resolver cuanto antes. Y cierra con una dura crítica “En México el cambio climático se ha olvidado, no se ha invertido, llevamos años con la gestión del agua y el acceso de calidad en entredicho. Es un llamado de atención, tenemos una oportunidad enfrente si no hacemos algo, el agua se va a acabar (…) Es un tema urgente que debería estar en las agendas de las y los candidatos que estén en las próximas boletas a la Presidencia.