JORGE A. CASTAÑEDA MORALES. EL ECONOMISTA
Ayer 14 de junio, amanecimos con el súper peso a todo, el tipo de cambio (TC) estaba en la mañana a 17.12 pesos por dólar, niveles no vistos desde 2015. Obviamente el gobierno está usando esto para colgarse una medalla.
Pero ¿qué está causando este súper peso y acaso es buena noticia?
En un régimen de libre flotación como el nuestro, el TC depende de la oferta y demanda, que a su vez dependen de los flujos de un lado a otro ¿Qué ha impactado estos flujos?
Lo primero es el diferencial de tasas de interés. Esta semana cualquiera pudo adquirir un Cete a 30 días con un rendimiento anualizado de 11.5% mientras que en EU, una inversión equivalente paga 5.25 por ciento. Ante esta disparidad, el famoso carry trade, pedir prestado en dólares para prestar en pesos, se ha vuelto una gran inversión, lo que ha atraído millones de dólares de inversión en cartera.
Pero eso no es todo. Como lo señalaba Jonathan Heath, existen factores estructurales que han cambiado los flujos de dólares a pesos y la estructura de la balanza de pagos.
Para empezar en 2022 las remesas llegaron a 58,000 mdd y en el primer trimestre del 2023 van en 14,000 mdd. También, los ingresos de viajeros internacionales superaron en 2022 los 28,000 mdd y en 2023 van en más de 8,000 mdd. Finalmente, la nueva Inversión Extranjera Directa –el inicio del nearshoring– fue casi de 18,000 millones de dólares en 2022. Fueron más de 100,000 mdd, el 7% del PIB, que crean una gran demanda de pesos y por ende afectan directamente al TC.
A esto hay que agregar la disciplina financiera de la SHCP que no aumentó de forma significativa la deuda durante la pandemia –que llevó a una recuperación económica muy lenta– lo que crea algo de certidumbre hacia adelante.
¿Es esto bueno para los mexicanos? Como lo ha señalado Enrique Quintana, depende para quien.
Para consumidores que pueden pagarlo son grandes noticias. Comprar bienes importados, como un iPhone, o vacacionar en el extranjero es más barato que en años. También las empresas que importan lo que venden están atravesando un gran momento, así como las que importan bienes de capital en forma de inversiones.
Pero para el sector exportador, el más dinámico de la economía, que va a “transformar el país” con el nearshoring, son pésimas noticias. Aunque las importaciones de insumos y de bienes de capital son más baratas, el sector exportador está sufriendo ya que es menos competitivo frente al exterior y sobre todo frente a EU ya que gran parte de los costos son en pesos y sus ingresos en dólares.
Como lo señaló el economista Jaime Ros, la evidencia para México apunta a que las apreciaciones sostenidas terminan por afectar negativamente el crecimiento ya que limitan la competitividad y niveles de inversión de los sectores más productivos. Hoy el TC real ya está en los niveles de 1993 o del 2000 (con condiciones muy diferentes) por lo que estos efectos podrían no estar tan lejos.
En México, y en casi todo Latinoamérica, las múltiples devaluaciones de los 80 y 90 crearon un trauma y la impresión equivocada de que el TC refleja la solidez de una economía. Sí es bueno tener estabilidad en este para controlar la inflación, pero una moneda sobre apreciada afecta a los sectores más dinámicos de cualquier economía.
Pero, por ahora, sigamos festejando el súper peso, comprando importaciones y los que pueden, vacacionando. Y esperemos con los dedos cruzados que el nearshoring nos haga el milagro y que las predicciones de Ros se tarden en llegar.