Gruma en Venezuela y transgénicos

(J. JESÚS RANGEL M. ESTIRA Y AFLOJA. MILENIO DIARIO)

Fiel a su compromiso de “proteger los intereses de nuestros inversionistas” como una “pieza relevante en nuestras decisiones”, Juan A. González Moreno, presidente y director general de Gruma, presentó los últimos acontecimientos de sus subsidiarias en Venezuela, Ucrania y Rusia, y la posición corporativa respecto al maíz transgénico y el uso de glifosato en la agricultura.

Gruma vendió a un inversionista en agosto de 2023 todas las acciones de Molinos Nacionales y Derivados de Maíz Seleccionado ubicadas en Venezuela por 22 y 3 millones de dólares, respectivamente. El comprador conoce la compleja situación legal de las empresas en ese país que en mayo de 2010 fueron expropiadas.

Destacó que la demanda de arbitraje ante el Ciadi del Banco Mundial sigue vigente por parte de sus subsidiarias españolas Consorcio Andino y Valores Mundiales. Al 31 de diciembre de 2023, el tribunal arbitral condenó a Venezuela al pago de más de 630 millones de dólares (se incluyen intereses) y 5.9 millones de dólares por gastos legales; la sentencia en la Corte de Estados Unidos quedó en firme.

Hay que señalar que en junio de 2023 se presentó en la Corte de Delaware un recurso para obtener un auto de embargo contra acciones de una subsidiaria de Petróleos de Venezuela constituida en Delaware, y el 5 de marzo de 2024 el Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito de EU desechó la inconformidad del gobierno venezolano. “No se pueden predecir los resultados de los procedimientos de reconocimiento y ejecución del laudo”.

Respecto a sus subsidiarias en Ucrania y Rusia, puntualizó que el impacto en las operaciones “al 31 de diciembre de 2023 y 2022 no fue significativo para los ingresos consolidados, la utilidad de operación y la posición financiera consolidada”, y que se continuará evaluando el posible impacto sobre la inversión en estas subsidiarias.

Gruma puntualizó que el 26 de marzo de 2024 las secretarías de Economía y Agricultura y la Cofepris informaron que “no se han concretado las condiciones para sustituir el uso del glifosato en la agricultura mexicana”, y expuso que “nosotros no cosechamos nuestro propio maíz”, y que solo se compra “maíz apto para la nixtamalización, aprobado para el consumo humano, que cumpla con las regulaciones aplicables a nuestras operaciones”.