LAURA ROJAS. AGORA. EXCELSIOR.
Hace una semana estábamos conmocionados por el ataque terrorista del grupo extremista islámico Hamás a la población civil de Israel. Se infiltraron, asesinaron y secuestraron a jóvenes, niños, mujeres y adultos mayores, dejando un saldo de unas 1,400 víctimas mortales. Éste ha sido el ataque a Israel más grave en décadas y muchos lo han equiparado al 9/11 de EU, cuando las Torres Gemelas de Nueva York fueron derribadas por terroristas de Al Qaeda.
Ahora, a la pena compartida por las víctimas en Israel, se suma la preocupación por la población civil palestina que ha pagado, y seguirá pagando, por los actos de Hamás y por la respuesta, a éstos, del Estado de Israel, misma que ha cobrado la vida de más de 2,600 personas por los bombardeos sobre Gaza, y que ha dejado, al menos, 9,600 personas heridas, incluidos niños, mujeres y adultos mayores. Israel ha advertido a la población civil que abandone la ciudad de Gaza y, ante una inminente segunda fase ofensiva por aire, mar y tierra, se calcula en un millón el número de desplazados palestinos con la crisis humanitaria que ello representa.
Mientras el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ha dicho que las acciones del grupo islamista Hamás no representan al pueblo palestino y, de acuerdo con la agencia Reuters, “ha afirmado su rechazo al asesinato de civiles de ambos bandos y ha pedido la liberación de los civiles prisioneros y detenidos de ambos bandos”, también lo ha hecho António Guterres, secretario general de la ONU, quien durante la semana recordó que: “Incluso las guerras tienen reglas. El derecho internacional humanitario y los derechos humanos deben ser respetados y defendidos. Los civiles deben ser protegidos y nunca utilizados como escudos”, y ha hecho un llamado reiterado tanto a Hamás para que los rehenes en Gaza sean liberados inmediatamente y sin condiciones, como a Israel, para permitir el acceso de la ayuda humanitaria para la población palestina en Gaza.
Por su parte, la Unión Europea ha reiterado la condena a “Hamás y a sus brutales e indiscriminados ataques terroristas en Israel y deplora profundamente la pérdida de vidas”, además ha reconocido el derecho de Israel a defenderse “en línea con el derecho humanitario internacional” y reiterado “la importancia de asegurar la protección de todos los civiles todo el tiempo”. Asimismo, EU, en coordinación con la ONU, Egipto, Israel y Qatar, trabajan para facilitar la salida de civiles de Gaza y el acceso de la ayuda humanitaria a través del paso fronterizo de Rafah, entre Gaza y Egipto. Y es que la ONU ha alertado sobre que “Gaza está a punto de quedarse sin alimentos, agua, electricidad y otros suministros básicos. El asedio no permite la llegada de ayuda del exterior para los 2.3 millones de residentes de Gaza”. El jueves se reportaba que unos 220 mil desplazados se albergaban en 92 escuelas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA); que los refugios están superpoblados y disponen de una cantidad limitada de alimentos, artículos no alimentarios y agua potable; y que se avecina una crisis de agua en los refugios de emergencia de la UNRWA y en toda Gaza debido a los daños en la infraestructura, la falta de electricidad para operar bombas y plantas desalinizadoras y el abastecimiento limitado de agua en el mercado local. Además, el suministro de combustible y energía eléctrica está suspendido.
Una vez más, esta columna se suma a la absoluta condena de todo acto terrorista en contra de población civil y expresa su solidaridad y apoyo al pueblo de Israel, al mismo tiempo que se suma al llamado a la protección de los civiles palestinos y hace votos para que la solución de dos Estados como camino de paz se implemente cabalmente y con justicia para ambos pueblos.
*Politóloga e internacionalista.