Hidrógeno y biocombustibles, la ruta a la descarbonización

(NAYELI GONZÁLEZ. EXCELSIOR)

El hidrógeno y los biocombustibles podrían convertirse en la ruta más viable para la descarbonización del transporte aéreo y marítimo, pues estos podrían representar el 10% del consumo hacia 2030.

De acuerdo con el análisis El papel de los combustibles electrónicos en la descarbonización del transporte de la Agencia Internacional de Energía (EIA, por sus siglas en inglés), hasta ahora se ha logrado tener un importante avance en el transporte terrestre por el impulso en el uso de autos eléctricos.

Sin embargo, reconoció que para que esto pueda replicarse en el sector aéreo y marítimo es necesario que se ejerzan importantes inversiones para la producción y almacenamiento de biocombustibles, así como de hidrógeno, pues esto a su vez permitirá la reducción de los costos y facilitará su uso masivo.

Los combustibles obtenidos a partir de hidrógeno electrolítico, o combustibles electrónicos, podrían ser una vía viable y aumentar rápidamente de aquí a 2030, respaldados por una expansión masiva de la electricidad renovable más barata y las reducciones previstas de los costes de los electrolizadores.”

El documento reconoce que el uso de estos combustibles en la aviación permitiría reducir su huella de carbono, sin embargo, esto tendría un impacto de 5% en el costo del boleto para los pasajeros.

EXPERIENCIA

Aunque sugiere que este incremento debe ser cobrado “los viajeros tienden a dar prioridad a la experiencia general de viaje de alto nivel y, en consecuencia, le dan menos importancia al precio. Esto da como resultado una elasticidad de la demanda que es menor que para las clases de reserva más baratas, por lo que aumentar las tarifas aquí tendrá un impacto relativamente menor en los ingresos de las aerolíneas”.

El análisis menciona que los combustibles electrónicos de baja emisiones, es decir, obtenidos a partir de hidrógeno electrolítico, son actualmente costosos de producir en comparación con los fósiles, aunque estos podrían reducirse significativamente para 2030.

En el caso del sector marítimo, la IEA aseguró que un despliegue acelerado de combustibles electrónicos de bajas emisiones para este tipo de transporte requerirá inversiones significativas en infraestructura de reabastecimiento de combustible y en buques.