(REUTERS)
Con el 94.7 por ciento de los votos escrutados, Javier Milei sería el ganador de la elección presidencial en Argentina, superando al candidato oficialista Sergio Massa, quien reconoció la derrota antes de conocerse los datos oficiales del escrutinio.
En el contexto de una grave crisis financiera, la disputa entre el ministro de Economía Massa, un defensor moderado del Estado de Bienestar, y el economista Milei, que propone eliminar el banco central y dolarizar la economía, había generado un fuerte debate entre los argentinos.
Milei logró el 55.79 por ciento de los votos frente al 44.20 por ciento de Massa, según los datos de un escrutinio avanzado al 94.7 por ciento de los sufragios.
“Me he comunicado con Javier Milei para felicitarlo y desearle suerte, porque es el presidente que la mayoría de los argentinos eligió para los próximos cuatro años”, señaló Massa, actual ministro de Economía, ante sus seguidores.
Pese a la apatía de la población, el contraste entre las dos propuestas llevó a muchos a votar por lo que algunos analistas han llamado “el mal menor“, que implica más un rechazo ferviente del postulante que no desean que un respaldo abierto al que eligen.
Los expertos vaticinaron profundos cambios en la política doméstica, con un peronismo que podría sufrir cambios y un oficialismo que podría aliarse con un sector de la alianza conservadora Juntos por el Cambio, que a su vez podría dividirse.
“Van a ser elecciones de una profunda ruptura en el sistema de representación política en Argentina. Creo que todas las fuerzas como las veníamos conociendo se han transformado“, dijo a Reuters el analista Julio Burdman, director de la consultora Observatorio Electoral.
Tras años de dificultades, el desencanto de muchos argentinos con los partidos tradicionales encumbró al economista recién llegado a la política, que en los papales contaba con tantas chances como Massa –un abogado de 51 años– de alzarse con la presidencia.
“Hemos hecho todo el esfuerzo que se podía hacer. Ahora, que hablen las urnas (…) Esperemos que para mañana haya más esperanza y no tanta continuidad de decadencia”, dijo Milei luego de votar en la ciudad de Buenos Aires.
Las propuestas disruptivas de Milei en el plano económico así como su estilo agresivo y sus declaraciones polémicas habían otorgado posibilidades al postulante del oficialismo de centroizquierda, un político de centro que arribó el año pasado a la cartera de Economía en medio de una crisis que no logró revertir.
Milei, que en sus actos solía llevar en las manos una motosierra para representar el recorte del gasto público que propone, dijo que privatizará las empresas del Estado y reformará los sistemas de salud y educación.
El postulante de derecha de 53 años dudó de las causas del cambio climático, criticó el aborto legal y atacó al Papa Francisco, que es argentino.
Sin embargo, sus seguidores consideraron que era el único capaz de destronar a la “casta”, como Milei –fundador del partido La Libertad Avanza– llama a los políticos clásicos, y acabar con una desesperante inflación anual del 143 por ciento y una pobreza del 40 por ciento.
“He escuchado hablar mucho de política en casa por todo lo sucedido en estos 40 años de democracia y por eso creo que nos merecemos un cambio real (…) nuestra generación impulsa la presidencia de (Javier) Milei para sacar al país del ostracismo”, dijo Agustina Lista, una estudiante de 22 años.
El futuro presidente deberá lidiar también con las arcas vacías del banco central y una deuda contraída en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un programa de 44 mil millones de dólares.
La disrupción que provocó Milei había llevado a los presidentes de centroizquierda de Brasil, México y España a respaldar públicamente a Massa, mientras que el ganador del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y exlíderes de derecha de Chile y Colombia apoyaron al libertario.