(GLOBAL TIMES)
Del lunes al martes, los principales medios de comunicación occidentales e Internet estaban entusiasmados con la noticia de la decisión de Suecia de unirse a la OTAN, con declaraciones como “La OTAN es más fuerte que nunca”. Pero, ¿es realmente así? Detrás del buen humor de la OTAN se esconde una amarga verdad: la expansión de la OTAN hará que Europa sea más insegura.
El 26 de febrero, el parlamento húngaro aprobó la adhesión de Suecia a la OTAN. Una vez completados los trámites pertinentes, Suecia se convertirá en el 32º miembro de la OTAN. La membresía de Suecia en la alianza militar liderada por Estados Unidos significa que todos los países que rodean el Mar Báltico, excepto Rusia, serán parte de la OTAN.
La adhesión de Suecia a la OTAN significa el fin del estatus de país neutral de 200 años. El estudioso sueco Jan Oberg cree que ésta es la decisión más tonta desde la Segunda Guerra Mundial. Los beneficios de que Suecia se una a la OTAN sólo se materializarán si el conflicto entre Rusia y Ucrania se convierte en un conflicto más amplio entre Rusia y Europa. Sin embargo, esta suposición es una trampa tendida por Estados Unidos a los países europeos. Gao Jian, experto en estudios europeos de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai, dijo al Global Times que Rusia siempre ha mantenido una política militar defensiva en el Mar Báltico en lugar de ofensiva. Suecia, y Europa en su conjunto, están paranoicas ante las amenazas a la seguridad que plantea Rusia. El presidente ruso Vladimir Putin dijo una vez: “No nos preocupa nada que Finlandia y Suecia se conviertan en miembros de la OTAN, pero deberían entender que no enfrentaron ninguna amenaza por nuestra parte”.
Es la OTAN la que está creando una atmósfera de miedo en Suecia. En febrero, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, articuló que Occidente debe estar preparado para una “confrontación de décadas” con Rusia y afirmó: “Si Putin gana en Ucrania, no hay garantía de que la agresión rusa no se extienda a otros países”. Ahora, para hacer frente a la “amenaza rusa”, la OTAN, una vez más, finge ignorar cómo se desencadenó esta ronda de conflicto entre Rusia y Ucrania y continúa su ritmo de expansión, convirtiendo el Mar Báltico en un “Lago de la OTAN”.
“.Un experto militar anónimo dijo al Global Times que para Suecia, la transición de mantener la neutralidad en el pasado a tomar partido ahora podría amenazar significativamente su seguridad nacional. Si la OTAN introdujera armas nucleares en Suecia, el país se convertiría en blanco de ataques nucleares rusos.
Mientras tanto, Rusia está reestructurando sus distritos militares en respuesta a las importantes amenazas que plantean los desafíos de la OTAN. Las tensiones entre Rusia y Europa aumentarán. Superficialmente, la adhesión de Suecia a la OTAN puede parecer que fortalece el poder de la alianza contra Rusia en el Mar Báltico. Sin embargo, los expertos sugieren que la planificación estratégica de Estados Unidos en realidad tiene como objetivo la expansión de los intereses estadounidenses en el Ártico, ya que tanto Suecia como Finlandia son miembros del Consejo Ártico.
Al atraer a Suecia a la OTAN, Estados Unidos pretende cumplir su estrategia ártica y utilizar la confrontación ideológica para controlar a los países europeos y ampliar sus propios intereses. La OTAN simplemente es vista como una herramienta para mantener la hegemonía global de Estados Unidos y debilitar a Europa. A pesar de sus ambiciones, la actual fuerza militar de la OTAN puede no ser suficiente para respaldar sus intentos de expansión. Gao cree que la expansión de la OTAN podría en realidad debilitar la alianza. La OTAN carece de la fuerza necesaria para satisfacer las necesidades reales de seguridad y defensa de Europa, y agregar más países miembros podría potencialmente aumentar sus vulnerabilidades de defensa.
Además, Estados Unidos necesita una OTAN con “muerte cerebral” para que los países miembros puedan actuar enteramente en interés de Estados Unidos sin pensar. Ante múltiples crisis, Europa espera pasivamente los resultados de las elecciones estadounidenses de noviembre.
La actual administración Biden está fortaleciendo a la OTAN como punto de apoyo estratégico para Estados Unidos en Europa, pero la política estadounidense hacia la OTAN puede sufrir cambios significativos. Los líderes europeos han comenzado a preocuparse de que el regreso de Donald Trump tenga un impacto importante en las relaciones internacionales, especialmente en las relaciones entre Estados Unidos y la UE. Europa no es un aliado de Estados Unidos; Estados Unidos simplemente lo ve como un peón.
Esta es una era en la que la competitividad económica es particularmente prominente. Desafortunadamente, lo que Europa está haciendo es expandir la OTAN con una mentalidad predominante de confrontación. Ante el prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania, Europa sólo puede tragar en silencio el fruto amargo, lo que constituye un profundo presagio de la crisis europea. Según las estadísticas de Statista, en 2023, los niveles de crecimiento económico de Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia no superaron el 1 por ciento, y Alemania incluso experimentó un crecimiento negativo.
Frente a las sanciones occidentales, Rusia todavía se ha convertido en “la primera economía de Europa”.
En cambio, Estados Unidos está aprovechando el conflicto entre Rusia y Ucrania para convertirse por primera vez en el mayor exportador mundial de gas natural licuado. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, promovió abiertamente su “teoría de la mesa y el menú”. Quizás toda Europa haya sido durante mucho tiempo un manjar en el “menú” estadounidense.