Los representantes de la Unión Europea (UE) y los 33 países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se reunirán desde este lunes 17 de julio en Bruselas. Será dos días de encuentros demorados durante más de ocho años, marcados esta vez por un contexto internacional poco propicio para grandes acuerdos.
Las divergencias de los latinoamericanos acerca de la invasión de Rusia a Ucrania lastran el consenso necesario para un documento final. Mientras que países como Argentina, Chile o Uruguay condenan sin matices a Moscú, otros mantienen una línea media, como México y Brasil, o un abierto apoyo a la estrategia belicista de Vladimir Putin, como Nicaragua y Venezuela.
La Celac es más un grupo de coordinación de políticas que un bloque organizado. Como las decisiones se toman por consenso, se evitan los temas áridos. Los presidentes latinoamericanos que viajen a Bruselas llegarán con una variedad de asuntos marcados por las demandas globales pero también locales. Un repaso por las posturas de los países más grandes de la región da una idea de ello.
México
La nueva secretaria de Exteriores de México, Alicia Bárcena, acude a Bruselas para la cumbre de la Celac y la UE. Este es su primer foro multilateral desde que asumió el cargo hace un mes. La canciller ha detallado que en la reunión los países latinoamericanos buscan un acuerdo para el aprovechamiento del Global Gateway o Acuerdo Global, un mecanismo de inversión de 10.000 millones de euros que Europa desea colocar en América Latina en los próximos años. “Los países de la Celac quieren tener mayor poder de decisión sobre a dónde se van las inversiones europeas”, ha comentado Bárcena. Para México, este plan incluye proyectos de energías limpias, finanzas y biotecnología.
Paralelamente, México está en camino de renovar su tratado de libre comercio con la UE, vigente desde 2000. Hace un mes, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, visitó al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con quien acordó acelerar la firma y ratificación del nuevo acuerdo comercial. Bárcena ha reconocido que la agenda económica con Europa es una de las prioridades de esta relación.
La canciller mexicana también ha revelado que los países latinoamericanos desean incluir en la declaración final de la cumbre, que aun se encuentra en negociación, una mención para condenar el bloqueo económico que Estados Unidos mantiene contra Cuba. López Obrador ha insistido desde la Celac en defender a la isla frente a las medidas de los estadounidenses. Por Sonia Corona
Brasil
El Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva llega a la cumbre con el afán de recalcar su perfil como potencia en asuntos vinculados al medioambiente y la transición energética, con enorme interés en el debate sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional y con un papel central en las negociaciones para desatascar la ratificación del acuerdo comercial entre Mercosur y la UE. Lula confirmó su asistencia el pasado día 5, tras conversar por teléfono con su homólogo Pedro Sánchez. La presidencia española de la UE coincide con la brasileña al frente de Mercosur.
Es probable que Lula quiera aprovechar la cita de Bruselas para presentarse como líder regional ante los europeos. El presidente brasileño considera un golpe bajo las exigencias medioambientales incorporadas por la UE al acuerdo comercial pactado en 2019, en tiempos de Jair Bolsonaro. Yse lo dijo en términos bien explícitos a la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen, durante su visita a Brasilia en junio: “La premisa que debe existir entre socios estratégicos es de confianza mutua, y no de desconfianza y sanciones”. Brasil tiene listo un borrador de réplica a esas nuevas demandas que someterá en breve a sus socios del bloque sudamericano con los que debe elaborar una respuesta común a la UE.
Tejer el acuerdo es una obra de filigrana que todavía no está claro si el encuentro de los líderes conseguirá impulsar. Por ahora, Lula no tiene previstas reuniones bilaterales con los mandatarios de Francia o Irlanda, los más reticentes, aunque sí participará en una cumbre paralela de líderes progresistas con los mandatarios de Suecia, Argentina, Chile, Colombia, Portugal, República Dominicana, Alemania, Dinamarca y España. Por Naiara Galarraga Gortázar
Colombia
La representación de Colombia la encabeza el propio presidente, Gustavo Petro, que se propone volver a poner sobre la mesa las principales banderas que su Gobierno ha levantado durante el año que lleva en el poder: la paz total con los diferentes grupos armados, América Latina como una potencia en energías limpias o su propuesta de canjear deuda por acciones climáticas concretas, que ha llevado a varias cumbres internacionales, entre ellas el Foro Económico Mundial de Davos. El discurso ambientalista que el mandatario colombiano cultiva desde sus tiempos de exilio en Bélgica insiste en la necesidad de descarbonizar las economías y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
La presencia de Petro, que ha desplegado una intensa actividad diplomática en favor de la integración regional, cobra mayor relevancia después de que se conoció la postulación de Colombia para presidir la Celac en 2025, con lo que sería el anfitrión de la próxima cumbre. El mandatario, además, aterriza en Bruselas con el alivio de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya falló el pasado jueves a favor de Colombia un largo diferendo marítimo en el mar Caribe con Nicaragua, un terreno pantanoso para la diplomacia sudamericana, que a pesar de algunas salidas en falso se ha sumado al coro de críticas al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. A Petro lo acompañan el canciller Álvaro Leyva, el ministro de Comercio, Germán Umaña, y la de Minas, Irene Vélez. Por Santiago Torrado
Argentina
Argentina dejó la presidencia pro tempore de la Celac en enero, desde la que había hecho del acuerdo comercial entre Mercosur y la UE su prioridad en la relación con Bruselas. El bloque comercial que integra con Brasil, Uruguay y Paraguay tiene ese acuerdo estancado desde hace años por las nuevas exigencias medioambientales de Europa, y la molestia de Argentina es cada vez más evidente. Hace dos semanas, en una cumbre del bloque que rechazó las nuevas exigencias europeas, Fernández criticó que la propuesta de la UE está “excesivamente centrada en lo ambiental, con nulo registro de las tres dimensiones de la sostenibilidad: la ambiental, la económica y la social”.
La coincidencia de una presidencia de Brasil en Mercosur y de España en la UE abre una ventana de oportunidad para el acuerdo en los próximos seis meses, pero en Argentina no hay optimismo con que la cumbre de este lunes de el puntapié inicial: con la UE enfocada en alguna declaración latinoamericana sobre la guerra de Ucrania, y Celac con su propia agenda económica, cada bloque llega con distintas prioridades.
La cumbre será la última cita internacional de Alberto Fernández como presidente de Argentina. El mandatario encabeza la misión en Bruselas entre semanas de agenda ligera. Con casi un 70% de desaprobación, ha desistido de buscar la reelección, y el grueso de las decisiones de su Gabinete están en manos de su ministro de Economía, Sergio Massa, que será el candidato del oficialismo peronista en octubre. Por José Pablo Criales
Chile
Esta es la primera gira a Europa del presidente chileno de izquierdas Gabriel Boric. Un viaje en el que, además de participar en la Cumbre Celac-UE, visitará España, Francia y Suiza.
El mandatario, cuestionado por la derecha chilena por la crisis que vive su Administración por el Caso Convenios, busca fortalecer la inversión extranjera de su país. Boric ha ido junto a sus ministros de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren; de Ciencia, Aisén Etcheverry; de Energía, Diego Pardow, y de Economía, Nicolás Grau. La delegación también está conformada por una comitiva empresarial compuesta por siete mujeres, entre ellas la presidenta de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Rosario Navarro; la vicepresidenta de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC),Susana Jiménez, y la presidenta de Unapyme, Gianina Figueroa.
Uno de los principales objetivos de Chile en la cumbre es el desarrollo sostenible. Boric tendrá citas bilaterales con jefes de Estado de América y Europa, y ya tiene solicitudes de varios países, entre ellos Dinamarca, Finlandia y Grecia. Además, se reunirá con el Rey Felipe de Bélgica.
Días antes del viaje, el canciller van Klaveren dijo que para Chile “es fundamental estar presentes al más alto nivel, porque estamos a punto de firmar un acuerdo con la Unión Europea que significa beneficios muy relevantes para el país desde el punto de vista comercial y económico”, en alusión a la modernización del acuerdo con la UE, Acuerdo de Marco Avanzado, que se espera sea suscrito este año.