(ISMAEL VALVERDE-AMBRIZ. EXCÉLSIOR)
El crédito bancario en México cerró octubre con un avance moderado, mostrando un sistema financiero que continúa expandiéndose, aunque con claros contrastes entre segmentos de consumo, vivienda y empresas. La cartera vigente al sector privado no bancario alcanzó 7.2 billones de pesos, impulsada principalmente por el financiamiento a empresas y al consumo, que sostienen el crecimiento del crédito. El crédito vigente total creció 4.1% anual real en octubre, ritmo similar al observado durante gran parte de 2024. Dentro del portafolio, destaca que las empresas concentran el 51.8% del crédito, seguidas por consumo (25.6%) y vivienda (20.6%).
En el detalle por componentes, el crédito al consumo se mantuvo fuerte, con un crecimiento de 8.7% anual real, apoyado por dinamismo en bienes duraderos (16.5%) y automotriz (17.8%). También sobresalen los préstamos personales (9.0%) y las tarjetas de crédito (7.1%). El financiamiento vía nómina, más estable, avanzó 4.8%. En empresas, el financiamiento repuntó 3.5% anual real, impulsado principalmente por comercio (5.9%), transportes y almacenamiento (14.2%) y servicios profesionales (2.1%). Destaca la contracción en sectores como minería (-4.2%), información en medios (-18.0%) y actividades primarias (-9.6%). La volatilidad en electricidad, agua y gas continúa muy marcada: tras picos extraordinarios en 2024, el sector cayó -17.7% en octubre. Por su parte, el crédito a la vivienda creció 1.6%, con comportamientos divergentes: mientras la vivienda residencial avanzó 2.0%, el segmento de interés social mostró una caída significativa de -8.5% anual real. Este rezago se ha observado de forma persistente desde 2023.
Aunque la cartera vencida total se mantiene contenida, ascendiendo a 2.5% del portafolio (desde 2.4% en septiembre), algunos segmentos muestran presiones. El crédito al consumo elevó su morosidad a 3.2%, con aumentos notables en préstamos personales (5.9%) y bienes muebles (5.4%). En contraste, la cartera vencida empresarial se ubica en niveles bajos (1.9%), y la de vivienda registra 3.0%, aunque el componente de interés social continúa elevado (5.2%) y estable desde mediados de año. La morosidad en automotriz permanece controlada en 1.2%, pese al fuerte crecimiento del crédito en ese segmento.
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Las encuestas de Banxico revelan condiciones mixtas tanto en empresas como en consumo. Para empresas grandes, la demanda mostró un ligero aumento, con un índice de difusión de 0.21 entre bancos de mayor participación. Sin embargo, los bancos no relajaron sus estándares: el índice para condiciones de aprobación fue cercano a cero, sin señales de flexibilización significativa y con algunos participantes reportando incluso estrechamiento leve (-0.07). El panorama para pymes es aún más estable: la demanda se ubicó en 0.17, sin cambios relevantes en estándares de aprobación, los cuales continúan relativamente estrictos (índice de -0.08).
En crédito al consumo, la demanda por tarjetas de crédito mostró un índice de 0.20, mientras que en automotriz la demanda fue positiva (0.13). No obstante, en ambos casos, los bancos mantuvieron sin cambios sus estándares de aprobación. En préstamos personales y de nómina, la demanda también fue positiva, con índices de 0.18 y 0.10, respectivamente, aunque sin relajación de condiciones por parte de los bancos. Para crédito hipotecario, los bancos reportaron una ligera disminución en la demanda —índice de -0.08–, junto con un estrechamiento moderado de condiciones de aprobación (-0.08).
Algo relevante es la creciente importancia del financiamiento vía proveedores. El 67.8% de las empresas utilizó algún tipo de financiamiento en el trimestre, pero sòlo 25.3% recurrió a nuevos créditos bancarios, mientras que 56.4% utilizó a proveedores como fuente principal. En manufacturas esta proporción es incluso mayor: 58.7% de las empresas usó financiamiento de proveedores, frente a 30.9% que acudió a la banca comercial. En la construcción, los nuevos créditos bancarios crecieron en importancia, utilizados por 36.1% de las empresas del sector, mientras que 56.2% recurrió a proveedores, reflejando condiciones de liquidez todavía apretadas en la cadena productiva.
Según Banorte, el crédito bancario podría crecer 2.7% real en 2026, una desaceleración respecto al 6.8% estimado para 2025. Así, el crédito avanza con una dinámica de crecimiento moderado y sin señales de estrés sistémico. No obstante, el deterioro en algunos productos de consumo, la debilidad del crédito de interés social y el papel creciente del financiamiento vía proveedores advierten sobre un entorno aún desafiante para hogares y empresas.

