Johannesburgo. La cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) empezó ayer en Johannesburgo centrada en la apertura del bloque de países emergentes a nuevos miembros, así como en las maneras de extender globalmente su influencia política y económica.
“Los BRICS no pueden ser un club cerrado. El G7 (de las mayores potencias occidentales) es un club cerrado (…) y de los ricos. No queremos ser eso. Queremos crear una institución multilateral y proponer algo distinto”, dijo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en una entrevista desde Sudáfrica con las redes sociales.
Lula defendió además la adhesión de Argentina a este bloque, fundado en 2009, al que se sumó Sudáfrica un año después.
Al menos 40 países han expresado su deseo de unirse al club, incluidos Argentina, Irán, Bangladés o Arabia Saudita, y 23 de ellos ya presentaron formalmente su solicitud de adhesión.
El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa recibió a Lula y al presidente chino, Xi Jinping, así como al primer ministro indio, Narendra Modi.
La 15ª Cumbre de los BRICS llega en un momento de fuertes divisiones en el escenario internacional, agravadas desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
“No creemos que los BRICS se conviertan en una rival geopolítico de Estados Unidos o de nadie”, declaró en Washington el consejero de Asuntos de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Estados Unidos mantendrá sus “sólidas relaciones” con Brasil, India y Sudáfrica y seguirá “gestionando sus relaciones con China y oponiéndose a la agresión usa” contra Ucrania, agregó.
Divergencia
Aunque 40 países expresaron su interés para sumarse al club, los cinco miembros actuales tienen “opiniones divergentes sobre los países que deberían entrar en el bloque y las condiciones” de acceso, explica Jannie Rossouw, de la Universidad Witwatersrand en Johannesburgo. “A largo plazo, la rivalidad entre China e India probablemente es el mayor desafío que enfrentan los BRICS”, reflexiona.
En efecto, la cuestión de la expansión divide sobre todo a India y China, las dos economías más fuertes entre los cinco países miembros.
“Si Irán se suma a los BRICS”, o lo hace Arabia Saudí, “esto cambiará evidentemente la dimensión política del grupo”, sostiene Cobus Van Staden, investigador sudafricano especialista de las relaciones bilaterales China-África.