La FND eliminará mil 217 empleos; alistan cese de mandos

DORA VILLANUEVA. LA JORNADA

El cierre de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) cortará de tajo mil 217 empleos en la administración pública federal, según la información sobre presupuesto publicada por la Secretaría de Hacienda. En un avance del eventual cierre de la institución, ésta publicó en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos que deberán cumplir decenas de funcionarios públicos para la separación de su cargo.

La publicación rubricada por Baldemar Hernández Márquez, director de la FND, requiere a subgerentes, gerentes y subdirectores un informe por escrito a su superior jerárquico inmediato de los asuntos de su competencia y entregar los recursos presupuestarios, financieros, humanos y materiales que tengan asignados. También la entrega de la documentación y los archivos, ordenados y clasificados, a quienes los sustituyan en sus funciones o a quienes para tal efecto designe el superior jerárquico inmediato.

Al margen de la menor colocación de financiamiento, su rezago y el de instituciones financieras no bancarias para recuperar el crédito, desde el inicio de la actual administración, el gasto de la FND acumula una baja de 34.5 por ciento en términos reales, contado el efecto de la inflación sobre los recursos. La FND tiene mil 217 plazas desde 2018, pero de ese año a 2023, su presupuesto pasó de 3 mil 361 millones de pesos, a 2 mil 866 millones; ya sin fondos para invertir, mientras los de servicios personales y otros gastos de operación también cayeron 3 y 12.6 por ciento en términos reales, respectivamente.

La semana pasada el Ejecutivo federal envió al Congreso una iniciativa de decreto para extinguir la FND, un organismo enfocado al desarrollo del medio rural a través de financiamiento a productores y pequeñas empresas.

Cartera vencida, problema de la Financiera Rural

La crisis en las microfinancieras arrastró sus efectos hasta la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), que el gobierno federal busca desaparecer con el argumento de que es un organismo atrofiado e incapaz de cumplir su objetivo de impulsar el desarrollo rural, su productividad y mejorar el nivel de vida de la población.

Entre las tendencias de los indicadores de la FND no se reflejan grandes brincos al cierre de 2022, pero hay un par de excepciones que destacan: el incremento de 124.8 por ciento en la cartera vencida de los créditos otorgados a través de instituciones financieras no bancarias, sobre todo sociedades financiera de objeto múltiple (Sofomes), y la caída de 23.1 por ciento en la cartera vigente.

La semana pasada, el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de decreto por el que se extingue la FND y se abroga su ley orgánica, lo que encarrila el cierre de la financiera fundada durante la administración de Vicente Fox Quesada.

Al margen de los riesgos en la forma en que se otorgaban los préstamos y que ya habían sido destacados de forma recurrente por el auditor externo del organismo descentralizado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la FND vio en esta administración una reducción en la colocación de crédito y menos recuperaciones del financiamiento.

No obstante que la propagación de la pandemia durante 2021 y 2022 ocasionó acontecimientos disruptivos, la administración visualiza que durante el ejercicio 2023, la financiera podrá continuar como negocio en marcha; sin embargo, se lleva a cabo una evaluación especial de los estados financieros que podrían sufrir algún impacto en la información, se lee en los comentarios sobre la situación económica del organismo.

En sus informes más recientes, la FND exhibió que su cartera vigente se redujo de 21 mil 133 millones de pesos en 2021 a 15 mil 294 millones al cierre de 2022, y la cartera vencida avanzó de 5 mil 622 millones de pesos a 8 mil 281 millones de pesos.

En esta última se hace patente la asfixia proveniente del impago vía instituciones financieras no bancarias, que clasifican su balance en créditos comerciales (otorgados a los productores); a entidades financieras bancarias (entregados a la banca múltiple), y créditos a otras entidades financieras (intermediarios financieros, sociedades cooperativas de ahorro y préstamo y sociedades financieras populares que se regulan en la Ley de Ahorro y Crédito Popular, uniones de crédito, entre otros).

La cartera vencida se clasifica entre los créditos comerciales, que hasta 2021 eran mayoría en el balance de la FND, y los créditos a otras entidades financieras, que el año pasado despuntaron.

Mientras los saldos la primera avanzaron 6.5 por ciento a lo largo de 2022, de 3 mil 685 millones para cerrar en 3 mil 926 millones de pesos; los de la segunda crecieron de 4 mil 355 millones de pesos a mil 937 millones, un repunte de 124.8 por ciento.

Foto: La Jornada

El año pasado exhibió las vulnerabilidades de los intermediarios financieros no bancarios, cuando varias empresas de este tipo reportaron problemas de insolvencia, al elevarse las tasas de interés; un choque similar al que pegó en los bancos regionales de Estados Unidos.