La Organización Mundial de la Salud (OMS) inició este jueves en India su primera cumbre de medicina tradicional, advirtiendo que estos tratamientos alternativos basados en productos naturales solo son efectivos si se basan en evidencias científicas.
La cumbre de dos días se celebra en paralelo a una reunión de ministros de Sanidad del G20 en la ciudad india de Gandhinagar.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, declaró en la apertura de la cumbre que esa agencia de la ONU “está trabajando para crear datos y pruebas que sirvan de base a las políticas, normas y reglamentos para un uso seguro, rentable y equitativo de la medicina tradicional”.
Las medicinas tradicionales pueden aliviar las “deficiencias de acceso” a la atención sanitaria, pero solo tienen valor si se utilizan “de forma adecuada, efectiva y, por encima de todo, segura en base a la evidencia científica”, había dicho más temprano el jefe de la OMS.
Sin embargo, la agencia ha sido muy criticada por internautas, que la acusaron de haber aportado una validez científica a la pseudociencia al preguntarle a sus seguidores si habían recurrido a tratamientos como la homeopatía o la naturopatía.
Más tarde, la OMS indicó en la red social X (ex Twitter) que era consciente de las “preocupaciones” expresadas por la gente y admitió que “podría haber articulado mejor [su] mensaje”.
“Necesitamos enfrentar un hecho muy importante, que las medicinas tradicionales están muy ampliamente utilizadas”, declaró el jefe del Consejo Científico de la OMS, el laureado con el premio Nobel Harold Varmus, en un mensaje de video durante la cumbre.
Es importante entender qué ingredientes forman parte de las medicinas tradicionales, por qué funcionan en algunos casos […], y, algo importante, necesitamos comprender e identificar qué medicinas tradicionales no funcionan”, señaló.
La cumbre, que debe convertirse en un evento anual, llega después de la inauguración del Centro Global de la OMS para la Medicina Tradicional, en el mismo estado indio de Guyarat.
Poca regulación
El uso de estas técnicas está muy extendido en algunas partes del mundo, pero también es objeto de discrepancia.
La agencia sanitaria de la ONU define la medicina tradicional como el conocimiento, las habilidades y las prácticas usadas para mantener la salud y prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades físicas y mentales.
Pero la eficacia de muchos tratamientos no ha sido probada científicamente y los defensores de la naturaleza advierten que la industria alimenta el comercio de especies en peligro como tigres, rinocerontes y pangolines.
El uso de remedios caseros creció durante la pandemia del Covid-19, como una infusión de artemisa promovida por el presidente de Madagascar como un tratamiento.
Si bien la planta dispone de propiedades curativas frente a la malaria, su eficacia ante el covid es discutida por muchos doctores.
En China, la medicina tradicional está muy arraigada en la historia, pero órganos sanitarios europeos han pedido varias veces que se someta a la misma regulación que los métodos occidentales.
Los avances científicos en la medicina tradicional deben regirse por los mismos rigurosos baremos que en otros campos de la salud”, dijo el investigador jefe de la OMS, John Reeder, en un comunicado.
Según él, esto probablemente requiera de una nueva metodología “más holística y contextual” para aportar “pruebas que sean suficientemente concluyentes y sólidas”.
De los 194 países en la OMS, 170 han reconocido el uso de medicina tradicional desde 2018, pero solo 124 disponen de leyes o regulaciones sobre su empleo.
“Natural no siempre significa seguro y siglos de uso no son garantía de eficacia. Por ello, el método y el proceso científico debe aplicarse para aportar las pruebas sólidas que se requieren”, señaló la OMS.
Un 40% de los productos farmacéuticos aprobados actualmente en uso derivan de una “base de productos naturales”, según la OMS, que cita “medicamentos fundamentales” que proceden de la medicina tradicional como la aspirina, elaborada a partir de fórmulas de corteza de sauce.