Las cifras de un ambicioso proyecto arqueológico

(RICARDO QUIROGA. EL ECONOMISTA)

El Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), con el que el INAH acompaña los avances del proyecto prioritario del Tren Maya, con investigación, restauración y conservación de monumentos, así como la renovación de la infraestructura y los servicios para el público, ha sido y sucede de manera anticipada a la obra civil y debe ejecutarse de manera precisa pero contrarreloj.

Los 29 sitios arqueológicos impactados se distribuyen de la siguiente manera: uno en Chiapas, uno en Tabasco, cuatro en Campeche, once en Yucatán y doce en Quintana Roo. De éstos, cinco poseen la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Palenque, en Chiapas (en 1987); Chichén Itzá (en 1988), Uxmal (en 1996) y Calakmul (2002), así como la Reserva de Sian Ka’an, declarada como Patrimonio Natural de la Humanidad en 1987.

En toda la región, hasta mediados de diciembre, según reportan autoridades, se han registrado y preservado 58,657 inmuebles correspondientes a cimientos, albarradas y basamentos prehispánicos.

Asimismo, se han identificado 1,946 bienes muebles, así como 1.4 millones de fragmentos de cerámica de los cuales hasta ahora es posible restaurar 1,451 vasijas. De igual manera, se tiene el registro hasta ahora del hallazgo de 699 osamentas humanas.

La proyección de inversión únicamente para salvamento arqueológico, anunciada al inicio del proyecto, sería de unos 248 millones de pesos, además de los 4,906 millones de pesos para los trabajos del Promeza y para la creación de los Centros de Atención a Visitantes (Catvis) a lo largo de toda la ruta.

Para concluir los trabajos arqueológicos y de obra pendientes, en 2024 el INAH recibe una cifra adicional de 3,274 millones 725,666 pesos reservada exclusivamente para el programa Provisiones para la adquisición de terrenos de Zonas Arqueológicas, particularmente, a beneficio de las obras del Tren Maya.

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