Las guerras de Ucrania y Gaza disparan el valor de las grandes empresas de armamento

(MIGUEL GONZÁLEZ. EL PAÍS)

El valor de mercado de las principales empresas fabricantes de equipos militares de Estados Unidos y Europa se ha disparado en los últimos dos años y medio, al socaire de las guerras de Ucrania y Gaza. Así lo constata un estudio de la consultora Accuracy, que ha analizado la evolución de las siete principales empresas estadounidenses del sector y sus homólogas del Viejo Continente, cuya capitalización en Bolsa ha aumentado un 59,7% desde el 24 de febrero de 2022, cuando se inició la invasión de Ucrania. La subida es muy superior a la de los índices bursátiles de referencia a ambos lados del Atlántico (S&P 500 y Eurostoxx 50), que en ese mismo periodo se han anotado alzas de algo más del 13% y del 7%, respectivamente.

Las compañías estadounidenses analizadas son Honeywell International, RTX Corporation, Lockheed Martin, Northrop Grumman, General Dynamics, L3Harris y Huntington Ingalls. Por parte europea, se incluyen las francesas Safran, Dassault Aviation y Thales; la británica BAE Systems; la alemana Rheinmetall; la italiana Leonardo; y la noruega Kongsberg Gruppen. Ignacio Lliso, socio de la consultora financiera y estratégica Accuracy, explica que se han seleccionado aquellas grandes empresas en cuya actividad tiene un peso relevante el sector defensa.

Aunque el estudio abarca desde enero de 2021 a marzo de este año, el mayor aumento de su cotización se produjo entre el tercer trimestre de 2023 (cuando comenzó la ofensiva de Israel sobre Gaza) y el primer trimestre de 2024. Medio año en el que la capitalización global de los 14 gigantes de la industria militar creció un 20%, según subraya. “En la semana siguiente al ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, el valor promedio de las acciones de las empresas de la muestra aumentó alrededor del 9%, mientras que el mercado [bursátil] se mantuvo estable”, se lee en el informe, realizado a partir de la base de datos de Capital IQ.

Valor de mercado de las compañías

El incremento del valor en Bolsa de las compañías hizo que este pasara de suponer 11,1 veces su ebitda (el beneficio anual antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) a 18,8 veces, un 68,4% más.

Pero no solo se disparó el valor de sus acciones: también lo hizo el volumen de títulos negociados. En el primer trimestre de 2022, coincidiendo con la invasión de Ucrania, los inversores comercializaron participaciones de firmas europeas por valor de 1.402 millones de euros, la cifra más alta en los últimos ocho trimestres; mientras que los títulos comercializados de compañías americanas alcanzaron su récord (1.034 millones) en el cuarto trimestre de 2023, coincidiendo con la escalada de violencia en Oriente Próximo.

La subida de la cotización de las compañías europeas del sector fue más fuerte que la de sus equivalentes norteamericanas (129% frente a 31%), lo que Lliso atribuye a que en Estados Unidos el alza “se inició antes y las Bolsas europeas se sumaron luego”. Pese a ello, la diferencia entre ambos grupos sigue siendo abismal: el valor de mercado de los siete gigantes estadounidenses alcanza los 532.000 millones de euros, mientras que el de sus homólogas europeas se queda en 230.583, menos de la mitad.

La rentabilidad de la industria de armamento no ha crecido al ritmo de su valor en bolsa, ya que este último se deriva de la expectativa de beneficios futuros y la materialización de los contratos puede prolongarse durante un largo periodo. “Cuando empieza la guerra de Ucrania, vemos que la distancia entre la valoración relativa de las compañías y sus resultados se amplía: las acciones suben mientras el nivel de facturación se mantiene. El inversor no solo busca el beneficio inmediato, sino a medio plazo”, explica el socio de Accuracy.

El margen de ebitda promedio de los dos grupos (armamentísticas estadounidenses y europeas) se mantuvo estable en este periodo, oscilando entre el 14,3% de finales de 2021 y el 12,7% de principios de 2024, aunque a este lado del Atlántico aumentó en 2,1 puntos (del 11,7 al 13,8%), mientas al otro se redujo en 4,3 (del 16,5 al 12,2%), estrechando la brecha entre ambos.

Las más rentables

La mayor rentabilidad la ha obtenido la firma estadounidense Honeywell, especializada en electrónica y comunicaciones, con un promedio del 24,2% en el periodo. En cambio, la germana Rheinmetall, fabricante de armamento y munición, es la que más se revaloriza: sus acciones pasan de 96,7 euros en febrero de 2022 a 334 en enero de este año. Es decir, valen un 245% más. “Todas se benefician del entorno [bélico], aunque algunas, por el tipo de producto que facturan, lo hacen de modo más directo”, explica Lliso.

El precio de las acciones de Leonardo ha aumentado un 139%; las de BAE Systems, un 101%; las de Dassault Aviation, un 86%; las de Thales, un 76%; las de Konsberg Gruppen, un 64%; y las de Safran, un 45%. El crecimiento del valor bursátil de las empresas americanas fue algo más modesto: Huntington Ingalls, 40%; Lockheed Martin, 29%; General Dynamics, 25%; y Northrop Grumman, 22%.

En cuanto a facturación, las ventas de las firmas americanas crecieron un 27,47% (14.122 millones de euros) si se compara el primer trimestre de 2021 con el primero de 2024, mientras que las europeas lo hicieron en un 28,82% (6.828 millones de euros) entre el último trimestre de 2023 (no hay datos completos para el primero de este año) y el último de 2021. Se trata, en todo caso, de volúmenes no equiparables, pues el año pasado la facturación de las siete compañías estadounidenses sumó 246.157 millones de euros, mientras que las europeas registraron 102.327 millones, un 41,5% de aquellas.

Incluso cuando acaben las guerras de Ucrania y Gaza, los mercados apuestan por un largo periodo de crecimiento del gasto militar, con la mayoría de los países de la OTAN superando ya el 2% del PIB en defensa y el resto del mundo embarcado en una nueva carrera de armamento. “Hay flujos de capital muy fuertes hacia el sector defensa”, constata Lliso. Entre cañones y mantequilla, los inversores lo tienen claro.

Seis F-16 del Ejército polaco, el 15 de agosto en Varsovia.LESZEK SZYMANSKI (EFE)