Las tierras raras deberían ser un “vínculo”, no un “obstáculo”, en las relaciones entre China y la UE

(EDITORIAL GLOBAL TIMES)

El tema de las tierras raras ha atraído recientemente una gran atención en los debates sobre las relaciones entre China y la UE. La parte europea se ha quejado de que la disminución de las exportaciones de tierras raras de China está afectando gravemente a las empresas europeas y ha indicado que el asunto será un tema clave durante la próxima reunión de líderes entre China y la UE. Durante la Cumbre del G7 celebrada hace unos días en Canadá, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, incluso blandió un imán para las tierras raras, acusando a China de utilizarlas como arma y llamando a sus socios afines a unir fuerzas para contrarrestar el llamado “shock chino”.

China es el principal proveedor de tierras raras de la UE. En un evento paralelo sobre recursos minerales durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrado en febrero, un funcionario de la UE declaró que la UE depende al 100 % de China para las importaciones de tierras raras. Como es bien sabido, las tierras raras son cruciales para la transición energética y la defensa nacional. China ha exportado tierras raras a la UE durante mucho tiempo, lo que ha brindado un apoyo vital a los esfuerzos del bloque por alcanzar los objetivos de transición digital y ecológica, mejorar la competitividad económica y fortalecer la seguridad económica, mientras que China ha asumido los costos ambientales y relacionados con los recursos. Resulta desconcertante y lamentable que, en lugar de reconocer esta contribución, algunos en Europa hayan tomado diversas medidas ingratas e incluso perjudiciales.

Los controles de exportación de tierras raras por parte de China se implementan de conformidad con la ley para salvaguardar mejor la seguridad y los intereses nacionales, cumplir con las obligaciones de no proliferación y reflejar la postura constante de China de mantener la paz global y la estabilidad regional. Estadísticas incompletas muestran que, desde 2022, más de una docena de países han impuesto prohibiciones o restricciones a la exportación de tierras raras, litio, níquel y otros minerales. 

Según el Inventario de Restricciones a la Exportación de Materias Primas Industriales de 2025 de la OCDE, estas restricciones se quintuplicaron con creces entre 2009 y 2023, con una aceleración en 2023 que duplicó con creces la tasa de crecimiento en comparación con 2022. El aumento de los controles a la exportación de materiales estratégicos refleja la evolución del panorama político, económico y de seguridad internacional y es consecuencia natural de la aceleración de las transiciones energéticas globales y el aumento de las tensiones geopolíticas. Las medidas de China se ajustan a las normas y tendencias internacionales, no son discriminatorias, no están dirigidas a ningún país específico y, en ningún caso, constituyen una “utilización de recursos como arma” ni una “coerción económica” contra la UE, como algunos han afirmado.

De hecho, en el caso de los productos destinados a uso civil, siempre que cumplan los requisitos reglamentarios y se aprueben mediante los procedimientos adecuados, las exportaciones generalmente pueden continuar con normalidad. Un portavoz del Ministerio de Comercio de China declaró recientemente que China ha considerado plenamente las demandas y preocupaciones razonables de diversas naciones del sector privado y ha acelerado la revisión de las solicitudes de licencias de exportación relacionadas con tierras raras de conformidad con las leyes y regulaciones pertinentes. China ha aprobado un cierto número de solicitudes que cumplen con la ley y continuará fortaleciendo la revisión y aprobación de dichas solicitudes. China está dispuesta a fortalecer la comunicación y el diálogo con los países pertinentes sobre los controles de exportación y a promover la facilitación del comercio.

El 19 de junio, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, se reunió por videoconferencia con el comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, donde ambas partes mantuvieron consultas exhaustivas sobre temas comerciales, incluidos los controles de exportación. Estas acciones y declaraciones demuestran la sinceridad de China al responder a las preocupaciones de la UE y su disposición a resolver los problemas mediante la cooperación; este es el enfoque adecuado para gestionar las diferencias entre China y la UE.

Las acusaciones infundadas y la formación de “camarillas” excluyentes no ayudarán a resolver los problemas. Cómo establecer un acuerdo institucional legalmente viable y recíproco en el marco del control de las exportaciones es una cuestión que vale la pena explorar tanto para China como para la UE. Este enfoque no solo ayudaría a estabilizar las cadenas industriales y de suministro entre China y la UE, sino que también enviaría una señal positiva a la comunidad internacional.

En mayo, el presidente Xi Jinping intercambió mensajes de felicitación con el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para celebrar efusivamente el 50.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y la UE. Xi afirmó que China y la UE son socios estratégicos integrales, así como dos fuerzas clave para la construcción de un mundo multipolar, dos grandes mercados que impulsan la globalización y dos grandes civilizaciones que defienden la diversidad.

Una relación sólida y estable entre China y la UE no solo beneficia a ambas partes, sino que también beneficia a todo el mundo. Como dos actores globales constructivos, China y la UE deberían aprovechar el 50.º aniversario de sus relaciones diplomáticas para implementar el importante consenso alcanzado por sus líderes y convertir la cooperación en el tema central de las relaciones bilaterales.

Esta es la dirección que ambas partes deben tomar y la manera correcta de gestionar las fricciones comerciales, incluidas las relacionadas con las exportaciones de tierras raras. Desde esta perspectiva, si bien la cuestión de las tierras raras en las relaciones entre China y la UE es actualmente un tema candente, si se gestiona adecuadamente, no tiene por qué convertirse en un punto de conflicto. En cambio, podría convertirse en un vínculo que acerque a ambas partes.

Ilustración: Xia Qing/GT