BAYRON HERNÁNDEZ. EL SOL DE MÉXICO
Los avances tecnológicos pueden ser un arma de doble filo, tanto pueden promover el sedentarismo en las personas, cómo pueden ayudar a agilizar el proceso de tareas que llevarían horas.
Asimismo, el uso de tecnología de punta puede ayudar a aminorar las estragos que ha causado el cambio climático, muestra de ello es la fabricación de “árboles artificiales”, que si bien nunca reemplazarán un árbol de verdad, pueden ser adecuados para entornos urbanos o industriales.
LIQUID3, ¿el árbol del futuro?
El árbol artificial llamado LIQUID3, es un fotobiorreactor urbano que utiliza microalgas para eliminar el dióxido de carbono (CO2) y transformarlo en oxígeno y biomasa. Surgió en Serbia, la quinta ciudad más contaminada de Europa, y en donde fallecen 175 personas de cada 100 mil por la mala calidad del aire.
LIQUID3. Foto: Liquid3.com
En este sentido, en un país donde se encuentran las 10 plantas más sucias de Europa, el LIQUID3 surgió como un concepto sostenible alternativo de ecologización en entornos urbanos que tienen un espacio reducido o limitado y presentan un alto grado de contaminación. El LIQUID3 es el equivalente a un árbol adulto o 200 m2 de césped y funciona durante el invierno, señaló uno de los creadores, el Dr. Ivan Spasojevic del Instituto de Investigación Multidisciplinaria de la Universidad de Belgrano.
LIQUID3 funciona durante el invierno. Foto: Liquid3.com
El también llamado “árbol líquido” busca ser una herramienta para luchar contra la contaminación, que según activistas, se puede ver, oler e incluso saborear, especialmente durante el otoño y el invierno.
Es así que, LIQUID3 nación como una solución para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire.
“Contiene seiscientos litros de agua y utiliza microalgas para unir dióxido de carbono y producir oxígeno puro a través de la fotosíntesis”, dijo el Dr. Ivan Spasojevic.
“El sistema es el mismo, porque tanto los árboles como la hierba, realizan la fotosíntesis y se unen al dióxido de carbono”, agrega el académico de la Universidad de Belgrano.
