Los cuatro jinetes del Apocalipsis de Apple

(RODRIGO PACHECO. SUMA DE NEGOCIOS)

Apple fue durante años la empresa más valiosa del planeta. Ya no lo es. Pero mientras el mercado no refleja aún la profundidad de la crisis que enfrenta, la compañía del iPhone se encuentra ante los cuatro jinetes del Apocalipsis.

EL PRIMER JINETE: MADE IN USA

El jinete más reciente es la obsesión de Donald Trump por forzar a Apple a producir en EU. Aunque la compañía quisiera repatriar la manufactura del iPhone, la realidad industrial lo hace prácticamente imposible. La proveeduría necesaria no existe en EU y crearla tomaría décadas, no años. Incluso si Trump fuera paciente y permitiera importar todos los insumos desde China sin aranceles, Foxconn necesitaría concentrar medio millón de trabajadores dispuestos a laborar jornadas de 12 a 15 horas diarias, seis días a la semana. Con tres turnos, la cifra ascendería a millón y medio de empleados. EU simplemente carece de esa fuerza laboral concentrada geográficamente. La realidad es aún más cruda: es casi imposible que Apple logre producir el iPhone desde India sin depender de proveedores chinos. Si no puede independizarse de China ni trasladándose a India, pretender un salto directo a EU es fantasioso.

EL SEGUNDO JINETE: GUERRA EN DOS FRENTES

El segundo jinete cabalga junto al primero: la posibilidad de que China adopte represalias contra Apple. Aunque sería un escenario extremo, el gobierno de Xi Jinping podría decidir golpear el segundo mayor mercado individual de Apple. La amenaza se multiplica con el anuncio de Trump de imponer aranceles de 50% contra la UE. En un escenario de medidas recíprocas, Apple podría ver comprometidos sus ingresos en un mercado que representa una cuarta parte de sus ventas globales. El resultado sería devastador: Apple enfrentaría restricciones simultáneas en China, su mayor mercado de manufactura y segundo de ventas y Europa, que genera 25% de sus ingresos. Una tenaza comercial que podría estrangular tanto su cadena de suministro como sus principales fuentes de ingresos.

EL TERCER JINETE: PARÁLISIS POR PERFECCIÓN

Apple ha perdido su capacidad de innovación por una cultura obsesionada con la perfección de la experiencia de producto. Una de las características distintivas de Steve Jobs era el énfasis que ponía en el diseño impecable y en cuidar cada detalle de la experiencia de consumo, pero esto lo acompañaba de una gran capacidad para anticipar tendencias y tomar riesgos audaces. Apple mantiene lo primero, la obsesión por la perfección, pero ha perdido lo segundo. El enfoque en preservar una experiencia de consumo prístina los ha llevado a evitar riesgos. Esto no estaría mal si no operaran en un sector en constante evolución donde la innovación disruptiva es supervivencia.

Los números hablan: aunque bajo el liderazgo de Tim Cook se lanzó el Apple Watch –que efectivamente creó una nueva categoría– productos posteriores como los AirPods y los AirTags han sido mucho menos disruptivos. El Apple Vision Pro, su último gran intento, no parece haber encontrado su mercado. Más revelador aún: proyectos como el Apple Car y la televisión de Apple nunca llegaron a debutar, víctimas de una empresa que ahora prefiere la certeza a la revolución.  

EL CUARTO JINETE: REZAGO

El último jinete es el más peligroso: el retraso catastrófico de Apple en IA generativa. En 2018, la compañía contrató a John Giannandrea, uno de los líderes clave de Google en búsquedas e inteligencia artificial (IA). Sin embargo, el ejecutivo que reportaba directamente a Tim Cook no logró adaptarse a la cultura Apple, que ofrece poco margen para la experimentación e investigación. Esta rigidez impidió que se moviera frente al surgimiento de la IA generativa. De acuerdo con un reportaje de Bloomberg, Giannandrea reunió a su equipo en 2024 para dotar al iOS 18 de múltiples capacidades de IA. El resultado no estuvo a la altura de las expectativas y, además, Apple ha tenido que retrasar una vez más la versión renovada de Siri con IA generativa.

Como si faltara algo, esta semana OpenAI anunció la adquisición de LoveFrom, la firma de Jony Ive, quien trabajó codo a codo con Jobs en el diseño del iPhone. Ive se integra a OpenAI como director creativo con el objetivo de diseñar hardware para el software de 2025 en adelante. El mensaje es devastador: el genio creativo detrás del diseño más icónico de Apple ahora trabaja para su competidor más peligroso. Este cuarto jinete es el más amenazante. Es probable que Trump cambie de opinión ante el impacto económico de destruir a Apple. Apple no tendrá un final súbito y climático, pero los cuatro jinetes irán desgastándola hasta que en una década sea irrelevante y termine escindiéndose en partes, como ha ocurrido a tantos otros gigantes tecnológicos.