Los economics de los elementos de tierras raras

En medio de los debates sobre la continuidad del apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania y la escalada de tensiones comerciales entre Washington y Pekín, hay un tema que emerge constantemente: los Rare Earth Materials o elementos de tierras raras (ETR). ¿Por qué son tan importantes estos materiales? ¿Qué papel juegan en la economía global?

Los ETR se han convertido en componentes fundamentales para una amplísima gama de productos, desde teléfonos inteligentes hasta misiles, pasando por vehículos híbridos, televisores, tanques, radares y sistemas de sonar. Pese a su nombre, estos 17 elementos metálicos no son estrictamente “raros” en cuanto a su existencia geológica, ya que se encuentran en diversas regiones del mundo. Lo realmente complejo es su extracción y refinamiento, lo que ha provocado que las cadenas de suministro estén altamente concentradas.

En la década de los 90, la producción global de ETR estaba relativamente dividida: China tenía 38 por ciento y Estados Unidos, 33 por ciento. Sin embargo, el gigante asiático aceleró su desarrollo y hoy representa 61 por ciento de la producción y 92 por ciento del procesamiento global de estos minerales. Aunque países como Canadá (con más de 15.2 millones de toneladas en reservas probadas) y México —con indicios en Chihuahua, Coahuila, Zacatecas, Guanajuato, Oaxaca y Guerrero— poseen estos recursos, China mantiene un cuasi monopolio que le otorga un poder geopolítico significativo.

Este poder ya fue exhibido en 2010, cuando Pekín impuso un embargo de ETR a Japón, generando una fuerte sacudida en la industria tecnológica nipona. Japón reaccionó rápidamente y hoy obtiene la mayoría de su suministro de Australia.

Estados Unidos, en cambio, mantuvo su dependencia de China, situación que hoy lo pone en aprietos. Actualmente, sólo cuenta con una mina activa en Mountain Pass, California, cuya producción anual equivale apenas a lo que China produce en un solo día.

La respuesta de China a la guerra comercial iniciada por Donald Trump ha incluido restricciones a la exportación de ETR hacia Estados Unidos, situación que ha obligado a Washington a buscar nuevos socios estratégicos como Ucrania, Groenlandia y Canadá. Este interés también explica en parte el viraje diplomático y económico estadunidense hacia estas regiones.

La demanda de ETR crece aceleradamente. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, la producción de estos materiales deberá aumentar al menos 700 por ciento para satisfacer la demanda de tecnologías limpias.

Actualmente, el mercado de ETR está valuado en más de cinco billones de dólares y se espera que alcance los diez billones para 2030. Aunque la región Asia-Pacífico continuará dominando, Estados Unidos busca con urgencia incrementar su participación, impulsado por las preocupaciones del Departamento de Defensa, que recientemente anunció una inversión de 439 millones de dólares para desarrollar cadenas de suministro domésticas.

Los ETR serán, sin duda, un factor cada vez más determinante en la economía y geopolítica global. Conviene estar atentos a su evolución:

Comentarios en X: @MrMejiaCosenza.