Los ‘padres’ de fármacos como Ozempic o Wegovy, premio Princesa de Asturias de Investigación

(CRISTINA G. LUCIO Y PILAR PÉREZ. MUNDO)

Madrid.- Son los ‘padres’ de la terapia del momento. Gracias a su trabajo, están disponibles hoy tratamientos como Ozempic, Wegovy o Mounjaro, indicados contra trastornos como la diabetes o la obesidad y que están provocando una revolución en la endocrinología. Y, por ello, los científicos Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov han sido distinguidos con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024.

Esta familia de fármacos, los agonistas de GLP-1, están cambiando la forma en que se abordan distintas enfermedades metabólicas. No en vano, la revista Science los eligió como el avance del año en 2023.

Pero estos medicamentos no aparecieron en la farmacia de la noche a la mañana. Han sido necesarias décadas de trabajo y la aportación de distintos científicos que permitieron, primero, identificar de esta hormona fundamental en nuestro organismo, GLP-1, posteriormente averiguar su papel, y finalmente conseguir emular su acción mediante una terapia.

La primera indicación que tuvieron estos fármacos fue la diabetes. Tal y como explicaba recientemente a este periódico Olga González, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, esto se debe a que la terapia “actúa a nivel del páncreas, promoviendo la secreción de insulina, lo que los pacientes con niveles altos de glucemia en sangre, como los diabéticos, se beneficien del fármaco. Además, el medicamento inhibe en el páncreas otra hormona, el glucagón, que aumenta los niveles de glucosa; es decir, al aumentar la insulina y bajar el glucagón, normaliza los valores de glucemia”.

Pero además, el medicamento, en distintas dosis que el empleado contra la diabetes, tiene otros mecanismos de acción que están catapultando su uso frente a la obesidad. “Por ejemplo, a nivel de estómago enlentece el vaciamiento gástrico. Hace que cuando ingieres una comida sea más lento el paso al tubo digestivo y al intestino, lo que proporciona una sensación de plenitud. Y otro mecanismo muy potente es su capacidad para actuar sobre los centros de saciedad en el cerebro. El fármaco es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, llegar hasta el sistema nervioso central y actuar sobre los centros de la saciedad y el apetito”, continúa González.

La investigación ha señalado que la semaglutida (el principio activo de Wegovy) puede producir una reducción del 15% del peso total. Y se espera que las nuevas formulaciones de esta familia de fármacos consigan pérdidas de peso aún mayores.

Además, los endocrinólogos alaban especialmente los beneficios sobre el sistema cardiovascular que también se asocian al uso de estos fármacos. Un reciente estudio ha demostrado que estos medicamentos reducen el riesgo de infartos e ictus hasta en un 20% en individuos con exceso de peso.

El premio Princesa de Asturias reconoce la labor de cinco científicos fundamentales para lograr que hoy en día los pacientes puedan beneficiarse de los agonistas de GLP-1. Una de ellas, la bioquímica Svetlana Mojsov, que cumplió un papel fundamental en la identificación y caracterización de la hormona, ha sufrido durante años una injusta falta de reconocimiento a su trabajo. Este año la revista Nature la eligió como una de las 10 personalidades más relevantes en ciencia y este galardón vuelve a colocarla en el lugar que merece.

El jurado, presidido por Pedro Miguel Echenique ha destacado que “los científicos galardonados han establecido las bases endocrinas de la diabetes y la obesidad, patologías prominentes que son un problema global de salud pública sin tratamiento efectivo hasta la fecha”.

Jeffrey M. Friedman, destaca el texto, “ha sido pionero en establecer la base genética de la hormona que regula el apetito. Daniel J. Drucker, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov han estudiado el efecto de determinadas hormonas que regulan la secreción de insulina y consecuentemente los niveles de glucosa. Estas investigaciones han conducido al desarrollo de tratamientos que ya están disponibles y que están mejorando la calidad de vida de cientos de millones de personas en todo el mundo. Estos trabajos están teniendo un enorme impacto clínico y social, ya que han permitido por primera vez el desarrollo de fármacos eficaces para combatir la diabetes y la obesidad. Además, permiten mitigar patologías asociadas como las cardiovasculares”.

Para Cristóbal Morales, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), “es una alegría este reconocimiento a grandes científicos que han cambiado la vida de muchísimas personas”.

“Más allá de la ciencia, el impacto que ha tenido este nuevo grupo farmacológico primero en diabetes tipo 2, luego en sobrepeso/obesidad y las complicaciones del sobrepeso y obesidad es enorme”, señala el endocrinólogo de los hospitales Virgen Macarena y Vithas de Sevilla, quien alaba también “todos los datos que están apareciendo en protección cardiovascular, en protección renal y la nueva aportación en protección frente a enfermedades neurodegenerativas. Todo ello hace que este sea un gran descubrimiento científico con un gran impacto en la práctica clínica asistencial y que mejora la vida de muchísimas personas. Los que trabajamos en el área metabólica, como endocrinología estamos muy contentos porque somos muy conscientes de la auténtica revolución que hemos vivido en este área gracias a su aportación”, concluye.

Clotilde Vázquez, jefa del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz (FJD) de Madrid, señal que el reconocimiento “es absolutamente justo”. Las investigaciones de los galardonados, subraya, que permite emular el funcionamiento de un péptido endógeno que además de saciedad produce cambios metabólicos, “ha supuesto un antes y un después en el manejo de la diabetes tipo 2” porque “permite restaurar una fisiología perdida”.

“Y ahora estamos viendo una situación similar con la obesidad. Esta familia de fármacos ha supuesto una revolución en el abordaje de la diabetes y la obesidad y además estamos viendo efectos adicionales muy positivos, por ejemplo frente a eventos cardiovasculares, el daño renal o los efectos inflamatorios”, añade la especialista.

TRAYECTORIAS

Daniel J. Drucker (Montreal, Canadá, 26 de junio de 1956), investigador senior en el Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum del Hospital Monte Sinai y profesor de la Universidad de Toronto. Es uno de los pioneros en este campo de estudio. A mediados de los 80, identificó la hormona GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1) en experimentos con líneas celulares y ha sido pionero en establecer la base genética de la hormona que regula el apetito.

Jeffrey M. Friedman (Orlando, EE.UU, 20 de julio de 1954), titular de la cátedra Marilyn M. Simpson del Instituto Howard Hughes de la Universidad Rockefeller. En 1994 descubrió el papel de la leptina, una hormona que actúa sobre la región cerebral que controla el apetito. En 2013 recibió el Premio Fronteras del Conocimiento, que otorga la FBBVA.

Joel F. Habener (Estados Unidos, 29 de junio de 1937), profesor de Medicina en la Universidad de Harvard y director del Laboratorio de Endocrinología molecular del Hospital General de Massachusetts (EEUU).

Jens Juul Holst (Copenhague, Dinamarca, 1 de agosto de 1945), científico en el departamento de Fisiología Médica de la Universidad de Copenhague y director científico del Centro de Investigaciones Metabólicas Básicas de los Laboratorios Novo Nordisk. De forma independiente, a mediados de los 80 identificó la hormona GLP-1 y fue pionero en explorar su papel.

Svetlana Mojsov (Skopie, hoy Macedonia del Norte, 8 de diciembre de 1947), catedrática de Bioquímica de la Universidad Rockefeller (EEUU) Pese a su papel en el descubrimiento y estudio del GLP-1, su nombre no fue reconocido hasta que inició una reivindicación reclamando que se corrigieran artículos aparecidos en The New York Times, Nature y Cell.