Manganeso, el ‘tesoro’ oscuro del cual depende la industria… y la vida en Hidalgo

(VÍCTOR VALERA, ALEJANDRO REYES Y ALEJANDRO EVARISTO. MILENIO DIARIO)

En el agreste relieve de la sierra hidalguense se esconde un tesoro que no reluce como el oro ni destella como la plata, pero que aun siendo oscuro sostiene a la vida y la industria moderna de forma clave: el manganeso.

A los pies de los habitantes del norte de esa entidad, específicamente en el municipio de Molangoyace el depósito de manganeso metalúrgico más importante de América del Norte y Centroamérica, y uno de los diez yacimientos más grandes del mundo, según explica la empresa minera Autlán.__icon Te recomendamos

Esta “verdadera maravilla geológica”, como la define el investigador Eduardo Cerecedo Sáenzde la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, no sólo es un símbolo de riqueza natural, sino también un motor económico y un elemento fundamental para la vida y la industria.

¿Para qué sirve el manganeso? 

El manganeso es un elemento estratégico con múltiples aplicaciones industriales y un papel fundamental en la biología humana. Desde la fabricación de acero hasta la protección antioxidante en nuestro organismo, este mineral es indispensable en diversos ámbitos que impactan nuestra vida diaria.

En Hidalgo su presencia es tal que Autlánposeedora de los derechos de explotación del yacimiento de Molango, busca extender sus trabajos de extracción en el mismo hasta el año 2078, y para ello invertirá 66 millones de dólares, es decir, mil 350 millones de pesos.

El Anuario Estadístico de la Minería Mexicana, en su edición 2024, establece que durante el último año Hidalgo produjo 799 mil 893 toneladas de manganeso, posicionándose como líder absoluto nacional en la extracción de este mineral, superando incluso al oro, la plata y el cobre, minerales tradicionalmente más valorados y reconocidos.

Este volumen y la calidad del mineral extraído han convertido a la región en un polo de desarrollo estratégico.

Tan cerca como una pila

En entrevista con MILENIOCerecedo Sáenz explica que el manganeso que se extrae en el estado, a través de la minera Autlán, se utiliza para la fabricación de baterías y un acero especial llamado Hadfield, al cual —dijo— se le da un uso militar para blindaje, además de emplearse en la fabricación de maquinaria.

“La formación del manganeso tiene que ver con el origen de la Tierra en esa parte del estado de donde se extrae; es una verdadera maravilla geológica que nos permite entender la evolución del planeta y es un privilegio para el estado tenerlo ahí”, sostiene.

El académico señala, incluso, que las baterías comerciales Eveready o Duracell se fabrican con el manganeso extraído de Hidalgo.

“También se utiliza en aceros especiales, los cuales cada vez que se van utilizando o desgastando se endurecen más; por eso se utiliza en maquinaria especial como retroexcavadoras y blindaje”.

Los derechos de explotación

Recientemente, Autlán ingresó a la Secretaría federal de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) una manifestación de impacto ambiental para regularizar y dar continuidad a sus actividades de exploración de minerales en 26 polígonos de Hidalgo, por un periodo de 53 años adicionales, lapso que puede ser mayor en la medida en que los estudios geológicos y de exploración confirmen nuevas reservas, especialmente de manganeso.

Del total de inversión, 30 millones de pesos serán destinados al cumplimiento de la normatividad ambiental.

​El documento, publicado en la Gaceta Ecológica de Semarnat, señala que la superficie total del proyecto es de 10 mil 716 hectáreas distribuidas en obras nuevas, las cuales no involucran el desarrollo de labores constructivas, sino trabajos de exploración.

El yacimiento, ubicado en un área que conjuga mil 291 hectáreas de ocupación minera y 371 hectáreas de áreas verdes, es custodiado por un paisaje donde coexisten las necesidades económicas y la protección ambiental.

“Las (hectáreas) restantes serían sometidas a actividades de exploración para determinar la viabilidad de continuar con la explotación de manganeso en la región”, detalla el documento consultado por MILENIO.

El proyecto de inversión incluye tres unidades mineras denominadas MolangoNaopa y Nonoalco, así como áreas de exploración que inciden en nueve municipios: MolangoLolotlaTepehuacán de GuerreroTlanchinolEloxochitlánXochicoatlánMetztitlánZacualtipán Juárez. Todos en la misma zona serrana del norte hidalguense, casi en los límites con Veracruz.

El distrito minero ha identificado 18 comunidades con un total de cinco mil 264 habitantes; 13 de ellas se ubican en Molango, cuatro en Lolotla y una en Tlanchinol. Cinco reciben un impacto directo por el desarrollo del proyecto y 13 de manera indirecta.

Efectos positivos… y adversos

El proyecto prevé generar alrededor de dos mil 100 empleos, 70 por ciento de los cuales podrían ser permanentes y el resto, eventuales. En ellos se dará preferencia a pobladores de las localidades vecinas, de acuerdo con sus capacidades, nivel de preparación y perfil del puesto buscado.

Sin embargo, las obras y actividades de exploración y extracción de manganeso implicarán incrementar el flujo vehicular en la región, así como la operación de maquinaria pesada y de equipos automotores auxiliares, lo que ocasionará un movimiento que ahuyentaría a la fauna silvestre por el ruido y las emisiones al medio ambiente.

Asimismo, se registraría una pérdida de cobertura forestal por el cambio de uso de suelo para el desarrollo de las obras y actividades mineras, además de que habría daños ambientales en la conformación topográfica natural del terreno y en las propiedades físicas del suelo, por lo que Autlán contempla medidas de mitigación.

Para disminuir los impactos adversos, la compañía plantea reducir emisiones de polvo, impermeabilizar todas las áreas que manejen sustancias químicas para evitar descargas al entorno natural y prevenir la contaminación de los cuerpos de agua superficiales temporales. Además, descarta riesgos a poblaciones de especies protegidas, así como a la seguridad y salud de los habitantes.

Un talco negro para la industria

Eduardo Cerecedo Sáenz, profesor del Área Académica de Ciencias de la Tierra y Materiales de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, explica que para la extracción del manganeso “se busca un tipo específico de roca, se toman muestras a través de una perforadora y se analizan los minerales que tienen; es un estudio muy amplio de geología y de minería”.

Agrega que geólogos determinan en qué sitio está el mineral y establecen un aproximado de cuánto puede ser. Luego, el minero realiza el diseño para su extracción, si será a cielo abierto o subterráneo, “y después pasa el proyecto a un metalúrgico”.

Describe que el ingeniero metalúrgico decide qué tipo de proceso se le va a aplicar al material extraído, de acuerdo con su caracterización a través de técnicas especializadas.

“Por lo general, el material se muele a tamaño palpable, como si fuera talco, y sale el óxido de manganeso, más o menos puro, que se ocupa para baterías”.

Detalla que se requiere maquinaria especializada para su extracción, a través de distintos métodos como barrenación, pilares y hundimiento por subniveles, y no duda al mencionar que este proceso “es muy costoso, se tienen que considerar las horas-hombre, el consumo de combustible, de equipo, el material de perforación, el gasto de remediación”.

De acuerdo con la minera Autlán, las reservas de manganeso en la zona de Molango y la política de exploración de la empresa garantizan que esta operación continúe por muchas más décadas, aportando “al desarrollo económico de las futuras generaciones de los habitantes de la zona”.
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Por esto el manganeso es un elemento vital

Pero, ¿qué hace tan valioso al manganeso para la industria y para la humanidad? Su importancia es tan vasta como profunda.

En el ámbito industrial, el manganeso es un pilar en la producción del acero. Su adición mejora significativamente la resistencia, dureza y durabilidad del metal, haciéndolo indispensable para infraestructuras tan esenciales como vías férreas y aceros especiales utilizados en blindajes militares y maquinaria pesada, como retroexcavadoras.

Además, las aleaciones de aluminio con manganeso sirven para fabricar latas resistentes a la corrosión, un detalle que toca la vida cotidiana en cada hogar.

El manganeso también es fundamental en el sector energético: el dióxido de manganeso (MnO₂) es componente clave en pilas secas y baterías, y está en el centro de investigaciones para baterías de iones de sodio, una alternativa prometedora frente a las baterías de litio.

En química, actúa como oxidante y pigmento para pinturasvidrio y cerámica; en agricultura, sus compuestos potencian fertilizantes y fungicidas que mejoran la salud y productividad de los cultivos; y en la industria automotriz, se añade a la gasolina para elevar su octanaje y eficiencia.

Presente en nosotros

Pero la relevancia del manganeso no termina en la industria. Es un oligoelemento esencial para la salud humana, pequeño en cantidad pero enorme en función.

La Organización Panamericana de la Salud y la Secretaría de Salud federal destacan su papel como cofactor de enzimas vitales para el metabolismo y la defensa celular.

En particular, el manganeso forma parte de la enzima superóxido dismutasa de manganeso (MnSOD), que neutraliza radicales libres en las mitocondrias, protegiendo células inmunitarias y otros tejidos del daño oxidativo.

Esta protección antioxidante es crucial para mantener un sistema inmunológico eficiente y para la integridad de barreras físicas como la piel y mucosas, nuestras primeras líneas de defensa ante agentes patógenos.

Asimismo, interviene en la síntesis de neurotransmisores, la formación de colágeno y tejidos conectivos, y regula procesos metabólicos esenciales para la producción de energía y la respuesta inmunitaria.

Su ausencia o deficiencia puede afectar la función inmunológica, la salud ósea y el metabolismo energético, subrayando la necesidad de una ingesta adecuada.

Los retos de Molango

El manganeso en Hidalgo no es solo un mineral, sino un elemento vital que conecta el pasado geológico del planeta con el presente tecnológico y el bienestar humano.

El yacimiento de manganeso en Molango es un corazón mineral que podría marcar el rumbo económico de toda una región, en el que el reto está en extraer sin destruir, emplear sin explotar y avanzar sin arrasar.