(RODRIGO PACHECO. SUMA DE NEGOCIOS. EXCÉLSIOR)
El discurso del futuro director de Petróleos Mexicanos oscila entre lo esperanzador y lo quijotesco. En el mensaje de su nombramiento, Víctor Rodríguez Padilla expresó que Pemex aspira a ir más allá de los hidrocarburos, buscando, incluso, energía eólica off shore, que don Quijote habría calificado como: “Molinos de viento en el mar”, dando al discurso un tono casi literal de quijotada. Sin embargo, la principal problemática de Pemex es la gestión de su deuda; invertir recursos vitales en perseguir molinos de viento en el mar o litio no parece sensato. La refinería en Dos Bocas ejemplifica cómo la palabra eficiencia es una palabra divorciada de Pemex: el “proyecto” prometía un presupuesto de 8,300 millones de dólares y la refinación de gasolinas en un plazo máximo de tres años. El resultado final, aunque la opacidad impide conocer cifras exactas, supera los 20,000 millones de dólares y, hasta ahora, ha producido más inauguraciones que barriles de gasolina.
LA ESPERANZA
La esperanza en el discurso del próximo director de Pemex radica en su propuesta de establecer alianzas con universidades y empresarios para desarrollar los proyectos del futuro. La única posibilidad de que la compañía logre superar su difícil situación es de la mano del capital y la ejecución de privados. Otro punto positivo fue el compromiso de mantener los pagos de la deuda financiera; cualquier titubeo en ese frente sería desestabilizador para las finanzas de la empresa y del país. Rodríguez Padilla necesitará toda la ayuda técnica posible para el refinanciamiento de la deuda de la empresa, que pronto será estatal. Afortunadamente, en ese aspecto, cuenta con la capacidad y experiencia del subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio. En segundo lugar, tendrá que contar con operadores políticos que le ayuden a lidiar con el sindicato petrolero y el nudo gordiano de la enorme corrupción que aqueja a Pemex desde hace décadas.
LA IDEOLOGÍA
A diferencia del discurso más sobrio de la nueva directora de la CFE, el futuro director de Pemex hizo pronunciamientos melosos e ideológicos sobre las obras y milagros de los últimos seis años. Rodríguez Padilla elogió el “rescate” de Pemex, aunque no mencionó a su antecesor agrónomo. Es de esperar que dichos pronunciamientos sean únicamente producto de sus instintos políticos y no los principios con los que gestionará a la empresa. Resulta evidente que la tutela de Pemex y de la CFE recaerá en la Secretaría de Energía, lo cual puede propiciar una mayor armonía en la estrategia conjunta que requiere el país. Contar con directivos técnicos o académicos en la CFE y en Pemex le permitirá a la próxima secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, ejercer un mayor control. Además, este enfoque puede dar lugar a un pragmatismo que ayude a diluir los cuellos de botella energéticos que ya obstaculizan el crecimiento en algunas zonas del país.
PRIORIZAR
En ciertos contextos, tener una actitud quijotesca es romántico; luchar contra molinos de viento puede resultar inspirador. Sin embargo, no lo es tanto cuando se tienen que resolver tareas concretas. Las prioridades más inmediatas de Pemex no deberían estar centradas en incursionar en el negocio de la energía eólica, ya sea en el mar o en tierra, o en el negocio de litio, a menos que sea con alianza y capital del sector privado.