(FORBES MÉXICO)
La agencia calificadora de riesgo crediticio observó un debilitamiento del marco institucional y de formulación de políticas que podría socavar los resultados fiscales y económicos del gobierno.
Indicó que el deterioro de la asequibilidad de la deuda y una mayor rigidez del gasto público dificultan la consolidación fiscal, tras el aumento del déficit público este año, una desviación con respecto a un historial de bajo déficit, independientemente de las presiones económicas.
Añadió que la reforma al Poder Judicial podría debilitar los controles y equilibrios del sistema judicial, con un posible impacto negativo en la fortaleza económica y fiscal del país.
Expuso además que hay una mayor probabilidad de que los pasivos contingentes derivados de Pemex se materialicen en el balance del gobierno y, al mismo tiempo, no restablezcan la sostenibilidad de la deuda a largo plazo de la petrolera y, por lo tanto, mantengan los riesgos fiscales para el gobierno.
Moody’s mantuvo la nota de México en Baa2, lo que reflejó su opinión de que el perfil crediticio del sigue beneficiándose de una sólida fortaleza económica que seguirá apoyándose en la diversidad de la economía, así como en los posibles beneficios del nearshoring.
“Los desequilibrios macroeconómicos moderados, gracias a un historial de políticas fiscales y monetarias relativamente prudentes, respaldan la calificación”, indicó en un reporte.
Hacienda indicó en un comunicado que la agencia no disponía en el momento de la política fiscal propuesta para el próximo año, o las proyecciones que la dependencia entregará al Congreso este viernes como parte del Paquete Económico 2025.
“Esta situación sugiere que el análisis y la perspectiva de Moody’s podría haberse beneficiado de una evaluación más detallada y actualizada”, consideró en un comunicado.
Hacienda agregó que Moody’s reafirmó la calificación soberana debido al “sólido historial del gobierno de México en la implementación de políticas fiscales y monetarias que garantizan la estabilidad macroeconómica”.
Aseveró que la economía mexicana se sostiene sobre sólidos pilares de diversificación, crecimiento sostenido, un tipo de cambio flexible y un sistema bancario resiliente, elementos que fortalecen su capacidad para absorber choques externos y proteger la estabilidad económica.