Muestran la riqueza arqueológica de Río Bec, un sitio maya extraordinario

(REYNA PAZ AVENDAÑO. CRÓNICA)

Por primera vez se exponen piezas arqueológicas procedentes de Río Bec, sitio maya ubicado al sur de Campeche, que tuvo su auge entre el 700 y 900 d.C. y que se caracterizó por no tener pirámides monumentales, pero sí residencias en donde no vivó un gobernante sino varias familias que aparentemente administraban la vida de dicha antigua ciudad.

La exposición “Río Bec. Un sitio maya extraordinario”, montada en la media luna del Museo Nacional de Antropología, reúne cerca de 30 vestigios, entre éstos, vasijas e incensarios, por ejemplo, un incensario con cabeza de murciélago de 75 centímetros de largo por 37 centímetros de ancho.

En la inauguración de la muestra, el arqueólogo Dominique Michelet recordó que el sitio Río Bec es explorado por arqueólogos franceses del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA). Las primeras exploraciones se dieron de 2002 a 2010 y en 2018 inició una nueva fase del proyecto con investigadores tanto de Francia y de México.

“Actualmente se estudia la relación hombre-medio ambiente y, en particular, el aprovechamiento de los recursos naturales para la agricultura. Están ahora más que todo haciendo sondeos para recuperar muestras de suelo, mandarlas a analizar para saber qué tipo de plantas había, cómo se cultivaban, si había problemas de fertilidad o no, el proyecto está centrado en eso, pero seguimos completando la información acerca de la organización sociopolítica”, indicó Michelet.

El arqueólogo explicó que en Río Bec han hallado grupos arquitectónicos con edificios residenciales monumentales, por lo que infiere que el territorio estuvo controlado por múltiples casas de nobles y no por un gobernante sagrado.

“En el sitio no se han encontrado templos-pirámides ni grandes plazas para realizar ceremonias que reflejen el culto a los ancestros reales. Hay pocos espacios para el juego de pelota y pocas estelas con representaciones de soberanos comunes en otras regiones mayas”, expresó.

Otra de las piezas.
Otra de las piezas. Adrián Contreras

En Río Bec sobresalen más de 70 grupos monumentales edificados entre el siglo VI y principios del siglo X. Una característica de estas construcciones es que presentan una especie de mascarones, es decir, en la entrada está tallada la cabeza de una criatura reptiliana fantástica con ojos huecos o firmes, nariz larga y dos colmillos.

De acuerdo con los expertos, esta representación podría asociarse a Itzamná, dios creador que en Río Bec tendría la apariencia de un reptil y cuyo significado en las puertas sería: entrar a las fauces del monstruo de la Tierra.

Este sitio maya comenzó a poblarse en el preclásico medio, esto es, en el 300 a.C. al 300 d.C., después tuvo una expansión poblacional del 300 d.C. al 500 d.C., y del 500 d.C. al 700 d.C. comenzó la definición del estilo Río Bec para finalmente vivir su auge del 700 al 800 d.C.

SIN GUERRAS

Dominique Michelet dijo que, hasta el momento, en Río Bec no se tiene registro de un conflicto bélico con otras áreas mayas colindantes, únicamente se sabe que hubo tres intentos fallidos de algunas familias por imponerse.

“No lo lograron, fue algo de algunos años, tal vez generaciones, pero lo intentaron porque tenían el modelo de sur, de toda la zona de Calakmul en donde había dinastías poderosas y posiblemente una de las razones por las cuales Río Bec se pudo mantener aislado de los conflictos es que su sistema era complicado de controlar por parte de un sistema centralizado como Calakmul. Lo que hizo Calakmul en otros sitios fue tomar su centro, el palacio, atrapaban al rey y tenían el control”, detalló.

En Río Bec eso era imposible. “No había a quien a atrapar porque tenías a 70 nobles dispersos en el paisaje, ¿cómo los van a manejar? y posiblemente es una de las razones del éxito en términos de paz y de tranquilidad de este este lugar en relación con sus vecinos potentes (Tikal y Calakmul)”, añadió el arqueólogo.

¿Cuántas hectáreas abarca este sitio?

Es difícil de delimitar, es una zona habitacional y sus grandes grupos se extienden hasta perderse, en ciertas zonas sí se alcanza a ver una baja de habitaciones, pero por el momento no dominamos nada de eso.

¿Hubo escritura en Río Bec?

Sí, en los tres sitios que intentaron superar a los otros (Grupo 2, Grupo 5 y Kajtún). Nuestro epigrafista, Alfonso Lacadena, que desafortunadamente murió, nos dijo que la escritura era probablemente con influencias del yucateco, mientras que supuestamente estamos en una zona chol. Lacadena también observó en estos tres sitios de Río Bec un glifo emblema que comparten, pero no en los mismos tiempos.

Una pieza más.
Una pieza más. Adrián Contreras

La exposición “Río Bec. Un sitio maya extraordinario” estará disponible al público hasta el 28 de julio de 2024. Entrada libre.

Una de las 30 piezas en exhibición. Adrián Contreras