(LAURA POY SOLANO. LA JORNADA)
El Museo Vivo del Muralismo (MVM), que se creará en la sede histórica de la Secretaría de Educación Pública (SEP), busca no sólo el disfrute y conservación de 289 frescos que resguarda, considerados una de las más ricas expresiones del muralismo mexicano, sino también preservar y abrir al público en general una obra arquitectónica reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Ubicado en el terreno del ex convento de Nuestra Señora de la Encarnación, el edificio sede de la SEP ocupa también los predios de la ex Aduana de Santo Domingo, edificada en 1730 y las dos casas intermedias.
Una de ellas corresponde a la Casa de los Adelantados de Nueva Galicia, Marqueses de Villamayor, construcción que data de 1530, y la otra fue la residencia del tres veces gobernador y capitán de Nueva Galicia, Cristóbal de Oñate, la cual también fue construida en el siglo XVI.
El proyecto del MVM considera restaurar y adaptar casi la mitad de los 35 mil 765 metros cuadrados de la superficie total de la sede oficial de la SEP, ubicada en el primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Como parte de las tareas de restauración se llevarán a cabo labores de limpieza e iluminación en las fachadas del edificio sede, tanto en la calle de República de Argentina (con mil 332.5 metros cuadrados) como en la de República de Brasil (con mil 264.6 metros cuadrados), e incluso recuperar uno de los accesos al inmueble en esa misma calle.
En el análisis de viabilidad del proyecto, se estima que la creación del museo permitirá restaurar y conservar su patrimonio cultural y artístico, que incluye no sólo la obra mural, también esculturas y mobiliario.
Destaca, la conservación de mil 585 metros cuadrados de frescos realizados por Diego Rivera entre 1922 y 1928, distribuidos en 235 murales, así como un extenso mural de 447 metros cuadrados realizado por David Alfaro Siqueiros.
Además, se consideran 330 metros cuadrados de pinturas de Roberto Montenegro y otras obras murales de Luis Nishizawa, con una extensión de 52 metros cuadrados, así como de Raúl Anguiano en 24 metros cuadrados y Chavéz Morado en 31 metros cuadrados, entre otros.