(GASPAR ROMERO. EXCÉLSIOR)
TUXTLA GUTIÉRREZ.— Cárteles como el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Pacífico utilizan las presas hidroeléctricas como ruta para el tráfico de drogas y migrantes, cuyo caudal les facilita el paso hasta Veracruz y el cual lo realizan por las noches apostados en los municipios de frontera Comalapa, Amatenango de la Frontera, La Concordia, Villa Corzo, Ocozocoautla y la localidad Malpaso.
Para establecer su trayecto, el crimen organizado estaría utilizando las presas La angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas, eso les permite llegar a Veracruz en unas cuantas horas. La ruta de las presas era utilizada por los traficantes de personas; sin embargo, en la actualidad se presume que es utilizada por los cárteles del Pacífico y Jalisco Nueva Generación.
Mientras las fuerzas federales vigilan carreteras y accesos a las cabeceras municipales, los criminales transitan por los caminos de extravío y las presas hidroeléctricas para el trasiego de drogas y sus operaciones clandestinas.
Hay presencia de bandas criminales en por lo menos 15 municipios chiapanecos, lo que ha propiciado el reclutamiento forzoso y la migración forzosa de jóvenes, así como el cobro de piso a negocios y, paralelamente, se pelean para buscar el control del trasiego de drogas, armas y el tráfico de personas que les deja miles de millones de pesos cada año.
En Frontera Comalapa, donde opera el CJNG, reclutan a jóvenes con un sueldo que va de los 20 mil a los 30 mil pesos al mes, con el fin de mantener una guerra y el control de la zona. Incluso, entre la población de Frontera Comalapa, se señala a la organización de El Maíz, de formar parte de dicha organización criminal y dedicarse al cobro de piso.
De acuerdo con policías que pidieron el anonimato, la guerra se mantiene en Frontera Comalapa, donde existe una organización identificada como El Maíz, cuyos integrantes mantienen asolada a la población por estar al servicio de una banda criminal, incluso, amenazan a los ciudadanos con participar en bloqueos, a pagar extorsiones y mantenerse callados para evitar la incursión del Ejército y evitar en la zona la presencia del Cártel del Pacífico, el cual ha controlado la región años atrás.
Hasta el momento se ha identificado la presencia y guerra entre los cárteles de la droga en los municipios de Palenque, Benemérito de las Américas, Frontera Comalapa, Amatenango de la frontera, Motozintla, Chicomuselo, La Concordia y Villa Corzo, así como Suchiate, Palenque, Pichucalco y Reforma, donde se han registrado secuestros y, enfrentamientos entre grupos antagónicos.
En la primera ocasión que se envió a militares a Frontera Comalapa, se logró incursionar hasta la comunidad de Lajerío, lo que permitió el retorno de los miles de familia desplazadas. En forma paralela, inició la migración de jóvenes hacia otras entidades y algunos hacia Estados Unidos.
Hasta el 9 de septiembre, el gobierno federal había enviado a la zona más de 500 uniformados, 300 soldados y 200 más de la Guardia Nacional, pero no ha servido de nada debido a que la presencia de las bandas criminales opera con los llamados halcones, para advertir el avance de las Fuerzas Armadas.
Asimismo, el pasado 30 de mayo, las Fuerzas Armadas ingresaron a Frontera Comalapa, pero fueron corridas por habitantes de la comunidad Joaquín Miguel Gutiérrez, pero fue en el ejido Sinaloa donde lograron decomisar un arsenal y fue hasta el 31 cuando llegaron a las comunidades El Lajerío y La Candelaria.
El último “levantón”, registrado fue el de la profesora del Colegio de Bachilleres de Chiapas, Berni Flor Mejía Velázquez a quien asesinaron luego de su esposo Arsenio Xun Velázquez, se negara a pagar una extorsión como cobro de piso al trabajar en el transporte organizado en Amatenango de la frontera con ruta a frontera Comalapa y a Motozintla.