(NELLY TOCHE. EL ECONOMISTA)
La Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación en la Cámara de Diputados, presidida por Eruviel Ávila Villegas no logró mover a favor la balanza presupuestaria para este rubro, esto a pesar de que en su reciente instalación de comisión hablaban de la importancia de fortalecer los espacios de investigación como prioridad del actual gobierno.
El Anexo 12 que comprende el Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación, proponía 128,225 millones de pesos provenientes de recursos fiscales y 23,249 millones de pesos por recursos propios (autogenerados), para un total de 151,474 millones de pesos. Al final quedó en 136, 026 millones de recursos fiscales y los mismos 23,249 millones de autogenerados, para un total de 159, 275 millones.
Por su parte los planes para la próxima Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) lucen inciertos pues incluso hubo una reducción a la propuesta de presupuesto, se hablaba de 38,868 millones de pesos, para el Ramo 38, entre recursos fiscales y autogenerados y al final quedó con 33,295 millones de recursos fiscales; 3,007 millones de autogenerados y un total de 36,303 millones de pesos para la consolidación de proyectos de CTI.
Cabe destacar que la mayor proporción del Anexo 12 se va para educación pública con 83,687 millones de pesos, que son distribuidos en diversas instituciones, entre ellas: la Dirección General de Educación Superior Universitaria e Intercultural, con 31,844 mdp; la , con Universidad Nacional Autónoma de México 20,029 mdp; la Universidad Autónoma Metropolitana, con 4,912 mdp; el Instituto Politécnico Nacional, con 5,482 mdp; o el Tecnológico Nacional de México, que se queda con 14,537 mdp.
A estas instituciones además se les hizo un ajuste presupuestario a través del Ramo 11 de Educación Pública, sin embargo cabe aclarar que este monto no necesariamente se verá reflejado en ciencia o investigación, pues se otorga para becas, gasto de operación y subsidio e incluye para algunas instituciones movimientos compensatorios al interior del Programa Presupuestario.
Panorama sin cambios
Apenas en el mes de noviembre el diputado Humberto Ambriz Delgadillo, secretario de la Comisión de CTI, destacaba el austero panorama en ciencia, tecnología e innovación para el país, donde México ocupa la posición 12 en el ranking mundial de economías según el Banco Mundial, sin embargo, en términos de inversión en CTI, “el país se encuentra rezagado”.
Indicaba que en este rubro en 2021 ocupábamos el puesto 70 a nivel global, con un equivalente al .28% del Producto Interno Bruto (PIB), muy por debajo de la inversión equivalente y necesaria, además de distante de países como Corea del Sur, Bélgica, Suecia, o Dinamarca, cuya inversión es superior al 2.95% del PIB. Incluso estamos por debajo de economías como Cuba o Uruguay.
La inversión histórica en México ha sido tradicionalmente baja, el nivel más alto se alcanzó en el 2010 con apenas el .49% del PIB. “Esto ha tenido repercusiones en infraestructura científica, formación de talentos, salarios y oportunidades laborales. Es crucial iniciar un esfuerzo coordinado para revertir esta situación y fortalecer el ecosistema de CTI. Este momento de cambio debe comenzar ahora y por eso estamos aquí”. Al parecer este mensaje no tuvo eco alguno, pues definitivamente este año tampoco alcanzaremos ni el .3% del PIB para la ciencia de este país.