Ni normal ni tolerable la violencia contra las mujeres en México

IA/CHATGTP. REDACCIÓN LA PERA, WIFICTION. Con información del INEGI.

La violencia contra la mujer en México es un grave problema que ha alcanzado proporciones alarmantes. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años para abordar este tema, la violencia de género sigue siendo endémica en el país y afecta a mujeres de todas las edades, clases sociales, etnias y regiones.

Las formas de violencia contra las mujeres en México son diversas e incluyen violencia física, sexual, psicológica, económica y patrimonial. Estos actos violentos ocurren en diferentes ámbitos, como el hogar, el trabajo, la comunidad y la vía pública.

Las mujeres en México enfrentan altos niveles de acoso sexual, violación, violencia doméstica, feminicidio y trata de personas con fines de explotación sexual, entre otras formas de violencia basada en género.

La violencia contra las mujeres en México tiene múltiples causas y factores de riesgo, como la desigualdad de género, la discriminación, la falta de acceso a la justicia y a servicios de atención adecuados, la cultura del machismo, la impunidad, la pobreza y la falta de educación de género.

Además, la violencia se ve exacerbada por la intersección de otras formas de discriminación, como la discriminación racial, la discriminación por orientación sexual e identidad de género, y la discriminación contra mujeres indígenas, afrodescendientes y migrantes.

Las modalidades en que se presenta la violencia contra las mujeres son las siguientes:

– Violencia familiar: Es el acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho.

– Violencia laboral y docente: Se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica, consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra la igualdad.

– Violencia en la comunidad: Son los actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión en el ámbito público.

– Violencia institucional: Son los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia.

– Violencia feminicida: Es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.

De acuerdo con los últimos datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en agosto de 2022, alrededor de 50 millones y medio de mujeres y niñas mayores de 15 años han atravesado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Esta cifra representa más del 70% de la población y muestra un aumento de cuatro puntos porcentuales con relación a los datos de 2016, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021.

Sumado a la violencia feminicida, que cada día deja más de 11 mujeres asesinadas en México, la violencia psicológica es la más predominante, con un 51.6%, seguida de la sexual, con 49.7%; la física, 34.7%, y la económica y patrimonial, 27.4%, según los datos de la encuesta realizada del 4 de octubre al 30 de noviembre de 2021. Con respecto a los resultados de 2016, el organismo destaca que el cambio entre las dos encuestas es estadísticamente significativo.

* En estos casos, sí existió un cambio estadísticamente significativo con respecto del ejercicio anterior.

FUENTE: INEGI. Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH). Ediciones 2016 y 2021.

La violencia sexual es la que más ha crecido, en 8,4 puntos porcentuales. La mitad de las mujeres y niñas mayores de 15 años la han sufrido. Además, al menos el 41% de las mujeres encuestadas fue víctima de agresiones sexuales en la infancia. Los principales agresores han sido los tíos y los primos.

Las entidades más violentas para las mujeres son el Estado de México, con más del 78%, Ciudad de México, 76%, y Querétaro, 75%. Por otro lado, el ámbito en el que las mujeres han experimentado más violencia a lo largo de la vida, es el comunitario, en más del 45% de los casos; le sigue la relación de pareja, en 39%, el ámbito escolar, 32%, y el laboral, un 28%. En los dos últimos, los principales agresores son los compañeros.

FUENTE: INEGI. Encuesta de Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH). Ediciones 2016 y 2021.

El informe también genera resultados sobre la prevalencia de la violencia en los últimos 12 meses previos al levantamiento de la encuesta. Entre octubre de 2020 y octubre de 2021, más del 42% de las mujeres enfrentó, al menos, una situación de violencia. La más alta fue la psicológica, con un 29.4 %, seguida de la sexual, con un 23.3%. 

En el mismo periodo, la violencia se presentó en mayor porcentaje en el ámbito comunitario, en un 22%; en el laboral, 20.8%, en la relación de pareja, 20.7%, y en el escolar, 20.2%. Además, un 5% de las encuestadas percibió que los conflictos en su relación de pareja iniciaron o aumentaron durante la pandemia de coronavirus. En el ámbito familiar, la cifra ascendió a 8.5%.

En cuanto a los grupos vulnerables, un 41% de las mujeres con algún tipo de discapacidad, y un 14% de las mujeres mayores 60 años atravesaron un episodio de violencia. Mientras que alrededor de 3.3 millones de mujeres que hablan alguna lengua indígena, ha vivido violencia a lo largo de la vida. En este año también se observa un aumento en la prevalencia de violencia contra las mujeres que se consideran indígenas y en las que hablan una lengua indígena, destaca el reporte.

En esta edición, también se analiza la violencia en el ámbito digital, a raíz de la publicación en junio del 2021 de diversas disposiciones en la materia a la ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. Otras temáticas abordadas por primera vez en la Endireh son las violencias contra las mujeres con discapacidad y la percepción del impacto sobre la violencia de pareja y dentro de la familia durante la emergencia sanitaria por la covid-19.

Sobre el feminicidio, que se refiere al asesinato de mujeres por razones de género, y que es un problema especialmente grave en México. Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2020 se registraron 967 feminicidios en México, lo que representa un aumento del 3.3% en comparación con el año anterior. Además, la impunidad en los casos de feminicidio es alarmantemente alta, con tasas de condena muy bajas y poca justicia para las víctimas y sus familias.

El objetivo de la encuesta que el INEGI realiza periódicamente desde 2000, es estimar la extensión y gravedad de la violencia contra las mujeres, con la finalidad de apoyar en el diseño y seguimiento de políticas públicas orientadas a atender y erradicar la violencia contra las mujeres por razones de género, de acuerdo con el organismo.

La violencia contra las mujeres es un problema grave y complejo que requiere una respuesta integral y multidimensional.

Algunas alternativas que podrían contribuir a abordar y reducirla:

– Implementar políticas públicas efectivas: Es necesario que el gobierno implemente políticas públicas integrales que aborden la violencia de género de manera efectiva, incluyendo la prevención, la atención a las víctimas y el castigo a los perpetradores. Esto puede incluir la creación y fortalecimiento de leyes y regulaciones, así como la asignación de recursos adecuados para su implementación.

– Educación y sensibilización de la sociedad: Es fundamental promover la educación y sensibilización de la sociedad en general sobre la violencia de género y los derechos de las mujeres. Esto puede incluir programas educativos en escuelas, campañas de concientización en medios de comunicación y la promoción de la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad.

– Fortalecer los servicios de atención y protección a las víctimas: Es importante contar con servicios de atención y protección adecuados para las víctimas de violencia de género, incluyendo refugios, líneas telefónicas de atención, asesoría legal y apoyo psicológico. Estos servicios deben ser accesibles, confidenciales y adecuados a las necesidades de las víctimas.

– Promover la participación activa de las mujeres en la toma de decisiones: Es necesario fomentar la participación activa de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones, incluyendo en la política, el trabajo, la comunidad y la vida familiar. Esto puede contribuir a fortalecer la voz y el poder de las mujeres en la sociedad, y a promover una cultura de igualdad y respeto.

– Promover la prevención y la cultura del respeto: La prevención de la violencia de género es fundamental. Se deben promover programas de prevención que aborden las raíces profundas de la violencia de género, incluyendo la promoción de relaciones saludables, la eliminación de estereotipos de género y la promoción de una cultura del respeto hacia las mujeres.

– Fortalecer la justicia y sancionar a los perpetradores: Es fundamental que los perpetradores de violencia de género enfrenten consecuencias legales por sus acciones. Esto implica fortalecer el sistema de justicia, garantizar la debida diligencia en la investigación y persecución de los casos, y sancionar a los responsables de manera adecuada, justa y oportuna.

– Trabajar en la equidad de género desde temprana edad: Es importante promover la equidad de género desde temprana edad, a través de programas educativos en escuelas que fomenten la igualdad de oportunidades, el respeto y la valoración de las personas sin importar su género. Esto contribuirá a cambiar patrones culturales y a prevenir la violencia de género en el futuro.

– Promover una participación activa de los hombres en la prevención de la violencia de género: Es esencial involucrar a los hombres en la prevención de la violencia de género, fomentando la responsabilidad y el respeto hacia las mujeres.

El gobierno y diversas organizaciones de la sociedad civil en México han implementado políticas y programas para abordar la violencia contra las mujeres, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Alerta de Violencia de Género, y campañas de concientización y sensibilización. Sin embargo, es evidente que se requiere de un enfoque integral y coordinado, que involucre a todos los sectores de la sociedad, para enfrentar este grave problema.

Es fundamental promover la igualdad de género, cambiar las normas culturales y sociales que perpetúan la violencia contra las mujeres, garantizar el acceso a la justicia y a servicios de atención integral para las víctimas, y sancionar a los perpetradores de manera efectiva. También es necesario abordar las causas estructurales de la violencia, como la desigualdad económica y la discriminación de género en todos los ámbitos de la sociedad.

La violencia contra las mujeres en México es una violación a los derechos humanos y una problemática que requiere de un compromiso firme y sostenido por parte de las autoridades, la sociedad civil, la academia y la ciudadanía en general para erradicarla y construir una sociedad justa, equitativa y libre de violencia de género.