No hay que preocuparnos por el presupuesto

(JULIO SERRANO ESPINOSA. MILENIO DIARIO)

De mantener una disciplina fiscal en sus primeros cinco años de gobierno, ahora López Obrador quiere abrir las llaves del gasto público. El presupuesto que presentó para 2024 aumenta 50% el déficit como porcentaje del PIB en relación con el esperado en 2023. Ni siquiera en la pandemia el gobierno tuvo un déficit así. 

Las críticas no se han hecho esperar. La acusación central es que el enorme incremento en el gasto responde a que el año próximo son las elecciones presidenciales. Es probable; sin embargo, hay otros factores que ayudan a explicarlo. También se dice que el presupuesto representa un peligro para la estabilidad del país y que nuestra calificación crediticia puede estar en juego. Difiero. 

El presupuesto que envió el Presidente al Congreso para 2024 anticipa un déficit de 4.9% del PIB (comparado con uno esperado en 2023 de 3.3%), el más alto desde 1990. Pero más allá de los incentivos políticos para inflarlo, existen razones legítimas que ayudan a explicar el mayor gasto público. Una de las principales es el mayor costo financiero de la deuda, el cual está fuera de las manos del gobierno. 

Las tasas de interés se han disparado para combatir la inflación (en México y el mundo), lo que ha provocado un aumento en el costo financiero de la deuda. Más de una tercera parte del incremento total del gasto público programado para 2024 proviene de este concepto. Otra partida que aumenta de manera considerable es la pensión para adultos mayores. Los recursos destinados a este programa se han triplicado en lo que va del sexenio y López Obrador quiere elevarlos otro 25% el próximo año. El rubro de pensiones en general explica más de una cuarta parte del aumento del déficit público para 2024. 

El mayor déficit también se explica por un fuerte aumento en recursos para el IMSS-Bienestar, que vino a reemplazar el Seguro Popular. Veo difícil que alguien se oponga a un mayor apoyo a la salud pública dado que 30 millones de mexicanos perdieron cobertura a raíz del catastrófico error del gobierno. 

Sobre las consecuencias del mayor déficit, en efecto, el aumento conlleva más riesgos. De saque, el gobierno tendrá que contratar más deuda para cubrirlo. La mayor oferta de deuda pública, a su vez, competirá por los recursos de los inversionistas. Esto podrá reducir la demanda de deuda privada y, por tanto, encarecer su costo. El mayor gasto público también puede detonar la inflación 

Veo difícil que el mayor déficit afecte la calificación crediticia del país. Con todo y el alza tan relevante, las finanzas públicas se mantendrán sanas. La deuda del gobierno en relación con el PIB es menor a 50%, un porcentaje muy inferior al de países como España, Brasil y Argentina.

Lo que preocupa es qué nos espera en el mediano plazo. El gasto público solo irá en aumento con el paso del tiempo. Si los gobiernos futuros no logran aumentar sus ingresos, entonces sí enfrentaremos una severa crisis financiera.