‘Pejenomics’: misión cumplida

(GERARDO ESQUIVEL. MILENIO DIARIO)

En junio de 2018 se dio a conocer el segundo volumen de los llamados Pejenomics, unos folletitos que trataban de explicar en forma sencilla algunas de las propuestas de gobierno del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Dicho volumen se enfocaba en los objetivos sociales del proyecto de gobierno y tenía como primer objetivo “aumentar el ingreso y la calidad de vida de los mexicanos”. Se partía de la premisa que “desde hace tres décadas la calidad de vida de los mexicanos se ha deteriorado. Lo dicen los indicadores macroeconómicos y se siente en los bolsillos de las personas”.

Uno de los instrumentos propuestos para lograr el objetivo mencionado era el de aumentar en forma gradual pero significativa el salario mínimo: “El salario mínimo es una herramienta de política pública que busca incrementar el ingreso de los trabajadores menos favorecidos, reducir la pobreza y la desigualdad entre trabajadores, así como establecer un piso mínimo de ingreso”. La propuesta de política original consistía en duplicar en términos reales el salario mínimo a lo largo del sexenio. Esto se cumplió con creces, ya que el salario mínimo general más que se duplicó y el salario mínimo en la zona fronteriza norte más que se triplicó.

Los resultados recientes de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2024 revelan el cumplimiento de lo que quizá era el objetivo más importante de la propuesta económica y social del candidato López Obrador: el aumento en el ingreso y la calidad de vida de los mexicanos, especialmente de las personas en la parte más baja de la distribución del ingreso. Veamos.

Según las cifras dadas a conocer recientemente por el Inegi, el ingreso corriente promedio de los hogares en México creció 15.6 por ciento en términos reales entre 2018 y 2024, un aumento muy importante que seguramente contribuyó a mejorar los niveles de vida de muchísimos mexicanos. Contrario a lo que muchos creen (y a lo que divulgan algunos opositores al gobierno), la mayor parte de este aumento provino de incrementos en el ingreso laboral y no de las transferencias de programas gubernamentales, lo que revela el papel crucial del aumento al salario mínimo en estos resultados.

Al analizar lo que ocurrió a lo largo de la distribución del ingreso se observa un patrón muy claro: tal y como lo proponían los Pejenomics, creció más el ingreso de los hogares más pobres. Por ejemplo, el ingreso del primer decil (es decir, el 10 por ciento de los hogares más pobres) creció en 36 por ciento en todo el sexenio, el del segundo decil en 30 por ciento, el del tercer decil en 27 por ciento, y así sucesivamente hasta llegar al decil de hogares más ricos, cuyo ingreso solo creció en 4 por ciento.

Este patrón de crecimiento del ingreso implica que tanto la desigualdad como la pobreza se debieron de haber reducido en forma significativa en el sexenio de AMLO. Muy pronto conoceremos las cifras oficiales de pobreza de 2024, pero estimaciones preliminares ya anticipan una disminución de entre 10 y 11 millones de pobres en un sexenio atravesado por una pandemia. Esto no es poca cosa ni es un logro deba escatimarse. Por el contrario, todos deberíamos regocijarnos del cumplimiento de este objetivo. ¡Enhorabuena!