(J. MANUEL ARANDA-COELLO, L. ARTURO HERNÁNDEZ-MUJANGOS Y MANUEL WEBER. EL SOL DE MÉXICO)¿
En la Selva Lacandona, uno de los pulmones verdes más importantes de México, registramos por primera vez en 2024 la presencia de un murciélago de gran tamaño conocido como Phyllostomus hastatus o murciélago lancero mayor, cuya presencia se había documentado desde Guatemala y Belice hasta Argentina y Brasil.
Este hallazgo, realizado en una salida de campo, amplía la distribución hasta ahora conocida de esta especie 120 kilómetros más al norte de Guatemala y Belice, y además de sumar una nueva especie a la riqueza biológica de nuestro país, con lo que México alcanza 146 especies de murciélagos registradas, nos da la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de conservar las selvas tropicales de Chiapas.
¿Quién es el Phyllostomus hastatus?
El murciélago lancero mayor es el segundo murciélago más grande del continente americano, solo superado por el falso vampiro o murciélago espectral (Vampyrum spectrum), puede pesar hasta 100 gramos y alcanzar 60 centímetros de envergadura. Se distingue por su peculiar nariz en forma de lanza y su pelaje oscuro que, en algunos individuos, tiene un brillo dorado.
Se trata de una especie omnívora, es decir, que se alimenta de frutas, insectos e incluso de pequeños vertebrados, hecho que lo convierte en un actor clave en la dinámica de los ecosistemas tropicales, ya que dispersa semillas y controla poblaciones de presas como ratones, aves y otros murciélagos.
La captura de los murciélagos
Capturamos los ejemplares en abril y julio de 2024 en Marqués de Comillas, Chiapas, durante un proyecto de vigilancia de virus en fauna silvestre que realizamos investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), el cual busca evaluar la prevalencia y distribución de diferentes flavivirus en mamíferos silvestres que habitan en áreas conservadas y perturbadas de la región sur de la Selva Lacandona, Chiapas, México, con el fin de identificar patrones epidemiológicos relevantes para la conservación y la salud pública.
Colocamos trampas en la ribera del río Lacantún y sorprendimos a dos machos adultos que compartían refugio en el interior de un majestuoso árbol de ceiba (Ceiba pentandra).
Este hallazgo es particularmente relevante porque además de ampliar la distribución de la especie hacia el norte, confirma que la Selva Lacandona funciona como un refugio para murciélagos que antes se pensaban restringidos a Sudamérica y Centroamérica.
¿Por qué importa este descubrimiento?
Este registro es mucho más que una anécdota naturalista. Los murciélagos desempeñan funciones ecológicas críticas: dispersan semillas, polinizan plantas y regulan poblaciones de insectos, por lo que documentar su presencia en nuevas áreas es fundamental para diseñar estrategias de conservación.
En el caso del Phyllostomus hastatus, su tamaño y hábitos lo hacen vulnerable a la pérdida de hábitat, ya que requiere árboles grandes y maduros con cavidades para refugiarse. La ceiba donde lo encontramos está rodeada por pastizales y zonas deforestadas, lo que da cuenta de la fragilidad que enfrenta.
Además, el registro coincide con una región catalogada como Área de Importancia para la Conservación de Murciélagos (AICOM), lo que refuerza el valor estratégico de la Selva Lacandona para la biodiversidad mexicana

Murciélagos y salud pública
Un aspecto adicional de nuestro estudio fue evaluar si los individuos capturados albergaban virus que pudieran representar un riesgo para la fauna o para las personas.
Las pruebas realizadas indicaron que los individuos de Phyllostomus hastatus estaban libres de flavivirus y alfavirus —dos grupos de virus de ARN transmitidos principalmente por mosquitos que incluyen agentes causales de importantes enfermedades zoonóticas como el dengue, la fiebre amarilla, el virus del Nilo Occidental y la encefalitis equina venezolana—, aunque otras especies capturadas en el mismo refugio: Carollia perspicillata, C. sowelli, Desmodus rotundus, Trachops coffini, por mencionar algunas, sí dieron positivo, lo que significa que este murciélago no solo comparte su hábitat con especies potencialmente expuestas a patógenos, sino que también podría funcionar como un centinela útil para evaluar la circulación de virus en la selva.
Su presencia sana en un refugio donde otros individuos muestran exposición viral refleja la compleja dinámica de transmisión entre especies y resalta la importancia de vigilar a toda la comunidad de murciélagos, más allá de los casos positivos, para comprender el verdadero panorama sanitario de los ecosistemas tropicales.
Estos resultados refuerzan la idea de que los murciélagos son importantes para determinar la salud de los ecosistemas, pues permiten detectar de manera temprana la circulación de patógenos emergentes, como los coronavirus asociados a fauna silvestre, lo cual es relevante para anticipar riesgos tanto en la vida silvestre como en las comunidades humanas cercanas. Su monitoreo no solo aporta información sobre la salud ambiental, sino que también ofrece una herramienta práctica para diseñar estrategias de prevención de enfermedades y para conservar la integridad de los ecosistemas tropicales.

Conservación en riesgo
La Selva Lacandona ha perdido más del 50% de su cobertura forestal en las últimas décadas debido a la expansión agrícola, la ganadería y la extracción ilegal de recursos. El hallazgo de P. hastatus es un recordatorio de que aún existen especies poco estudiadas que podrían desaparecer antes de que sepamos lo suficiente sobre ellas. Por ello, las personas participantes en el estudio, hemos sugerido incluir al murciélago lancero mayor en la lista oficial de especies amenazadas de México, lo que permitiría impulsar acciones de conservación específicas.
Una ventana a la biodiversidad mexicana
Cada nuevo registro amplía el mapa de la vida en nuestro país. Que un murciélago de gran tamaño y amplia distribución como el Phyllostomus hastatus haya pasado desapercibido hasta ahora en México habla tanto de la riqueza biológica aún por descubrir como de la necesidad de reforzar los estudios de campo. Este hallazgo, además de incrementar el número de especies conocidas, invita a mirar a la Selva Lacandona con otros ojos: como un laboratorio natural que todavía guarda secretos.
Una noticia alentadora
El descubrimiento del Phyllostomus hastatus en Chiapas representa una noticia alentadora en medio de un panorama marcado por la pérdida de biodiversidad. Al mismo tiempo, es un llamado urgente a conservar las selvas tropicales que hacen posible la existencia de especies únicas y a valorar el papel de los murciélagos como aliados invisibles de la naturaleza.
La ciencia, cuando logra comunicar estos hallazgos de manera clara y cercana, se convierte en una poderosa herramienta para inspirar conciencia y acción en favor de la vida silvestre.
Participamos en el hallazgo por Ecosur: J. Manuel Aranda-Coello y Manuel Weber.
por la UNICACH: L. Arturo Hernández-Mijangos.
El artículo científico se puede consultar en https://checklist.pensoft.net/browse_journal_articles?&search_hidden=Aranda-Coello&search_in=0&sortby=6
