(LEONOR FLORES. EL UNIVERSAL)
La competencia en los mercados es importante porque ayuda a reequilibrar el poder económico del político que pudieran tener las empresas, consideró el Banco Mundial (BM).
“Muchas veces la concentración del poder económico se traduce en poder político y en la capacidad de influir en los reguladores”, advirtió la economista en jefe adjunta para la región de América Latina y el Caribe, Marcela Meléndez.
Así respondió durante el evento “De la competencia a la competitividad: Fomentando el crecimiento y productividad en Latinoamérica y el Caribe”, organizado por el BM y el Centro Adrienne Arsht para América Latina, del Atlantic Council, en el cual el moderador mencionó lo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho sobre el tema: “Capitalismo sin competencia es explotación”.
Hizo ver que todavía hay mercados muy concentrados, por lo que “no queremos que haya empresas grandes que se porten mal”.
Pero reconoció que permitir que entren otras empresas de menor tamaño, se requiere voluntad política.
La funcionaria del organismo refirió que en el más reciente informe económico para la región publicado por el Banco Mundial “Competencia: ¿El ingrediente que falta para crecer?” se pone de manifiesto la necesidad de pensar cómo reequilibrar el poder.
Ello debido a que las políticas e instituciones creadas para evitar monopolios aún son débiles y jóvenes en América latina y el Caribe, afirmó.
“Son débiles porque carecen de la capacidad de traducir todo en aplicar buenos comportamientos, hay menores sanciones respecto a otras partes del mundo”, explicó.
La existencia de esas debilidades en las políticas de competencia, estableció, es la respuesta de ese poder político que no permite que las instituciones aparezcan a veces y funcionen como deberían.
Además, no tenemos gente capacitada para procesar e investigar todo lo que sucede en la región, añadió.
Tiene que ver también con controlar el poder político, alertó, porque el poder económico en el mercado si uno gana, se traduce en esos comportamientos.
“Cuando pensamos en reequilibrar el poder, hay políticas en otras áreas que debemos considerar, por ejemplo, regular el lobby, las conductas y las formas en que las empresas y funcionarios interactúan con el Congreso”, consideró.
Mencionó que, en el diseño institucional, en muchos países es el presidente el que designa a los líderes de estas instituciones de política de competencia, y no es la forma en que deberían funcionar.