‘Sorpasso’ renovable en Europa: la solar y la eólica adelantan a los combustibles fósiles

(MANUEL PLANELLES. EL PAÍS)

El sistema eléctrico europeo está embarcado en una transición para desengancharse de los combustibles fósiles, que la UE tiene que importar en gran medida y que, además, son los principales responsables de una crisis climática de la que el continente tampoco puede zafarse. Durante el primer semestre de este año se rebasó otra de las metas volantes de esta carrera: la solar y la eólica generaron más electricidad que todos los combustibles fósiles (fundamentalmente, carbón y gas natural) juntos.

Es la primera vez que ocurre, según destaca un informe del grupo de analistas expertos en energía y clima Ember. “El primer semestre de 2024 muestra la transición eléctrica de la UE en pleno apogeo, ya que la energía eólica y solar aumentaron lo suficientemente rápido como para superar el crecimiento de la demanda y expulsar a los combustibles fósiles del mix eléctrico”. A la hora de buscar las causas a este “cambio estructural” los analistas apuntan entre otros motivos a la “rápida acción de la UE para reducir la dependencia de los combustibles fósiles”.

Para Euan Graham, investigador de Ember, este adelanto “refleja cambios estructurales” y es muy probable que sea ya permanente. “Si bien siempre habrá fluctuaciones circunstanciales debido al clima y otros factores, la tendencia a largo plazo es clara”. Graham, añade: “La base de este cambio es que las políticas de la UE para apoyar la transición energética y el crecimiento de las energías renovables se aceleraron a raíz de la invasión rusa de Ucrania. En toda la UE, los países han promulgado políticas para acelerar el despliegue de la energía eólica y solar y minimizar la dependencia del costoso gas”.

Generación de electricidad en la Unión Europea

En los seis primeros meses de 2024, la energía eólica y solar tocaron su máximo histórico en la UE y cubrieron el 30% de la electricidad. Mientras, la cuota de los combustibles fósiles cayó al 27%, un 14% menos que en el mismo periodo del año anterior. El resto de la electricidad se genera en Europa, principalmente con las tecnologías hidráulica y nuclear, que tampoco emiten gases de efecto invernadero en el proceso de producir la energía. Es decir, la UE sigue avanzando en la descarbonización del sector eléctrico. La otra gran pata en la que se va más retrasado es el transporte, donde la sustitución de los motores de combustión no ha tomado aún la misma fuerza en el conjunto de la economía comunitaria.

En el caso del sector eléctrico, hay algunos datos que apuntan a que lo ocurrido en el primer semestre del año forma parte de un cambio estructural, tal y como comenta Graham. Por ejemplo, la caída de los combustibles fósiles se ha dado en un contexto en el que la demanda de la electricidad se ha recuperado de los impactos del covid y de la crisis de los precios del gas; ha aumentado un 0,7% respecto al mismo periodo de 2023. En los seis primeros meses, el uso del carbón descendió un 24% y el gas un 14%, siempre según los datos de Ember. Esa reducción se debe principalmente al crecimiento de las energías renovables, en particular la eólica y la solar, que han servido para cubrir el repunte de la demanda y desplazar la energía fósil. “Estamos siendo testigos de un cambio histórico en el sector eléctrico, y está ocurriendo rápidamente”, afirma Chris Rosslowe, también de Ember.

Países

En 13 de los 27 miembros de la UE la eólica y la solar han superado en el primer semestre a la generación fósil. En nueve países —Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Lituania, Luxemburgo, Portugal, España y Suecia— ya había ocurrido antes. En los otros cuatro, ha pasado por primera vez en este primer semestre. Se trata de Alemania, Bélgica, Hungría y los Países Bajos.

Una de las claves del sorpasso es claramente Alemania donde, pese a haberse completado el cierre nuclear en la primavera del pasado año, la generación con combustibles fósiles no ha aumentado. De hecho, en el primer semestre de este ejercicio ha caído un 16%. Esto se debió, explica Ember en su informe, al descenso en el uso del carbón, que fue del 28%. Con este combustible, el que más emisiones de dióxido de carbono expulsa y del que Alemania ha sido históricamente muy dependiente, se cubrió el 20% de la demanda eléctrica de la primera economía europea, frente al 26% del mismo periodo del pasado año.

España va en este caso un paso por delante que Alemania. Porque el país lleva ya años desenganchado casi totalmente del carbón. En su caso, es el gas lo que se está reemplazando con el aumento de la potencia eólica y, sobre todo, solar. La quema de este combustible fósil en la primera mitad de 2024 se redujo un 34% respecto al primer semestre del año pasado, según resalta Ember, que recuerda que España en mayo logró otro hito: más del 50% de la generación eléctrica provino de la eólica y la solar, también la primera vez que esto sucede.

Otros factores

La generación solar creció un 20% y la eólica otro 9,5% respecto a los seis primeros meses de 2023 en el conjunto de la UE. Aunque el “factor más importante” para desplazar a los combustibles fósiles ha sido el incremento de estas dos tecnologías, también ha contribuido la recuperación de la hidráulica, que ha crecido un 21% tras dos años de producción muy baja debido a la sequía. Además, el clima templado ha ayudado. Gracias al incremento de la potencia de energía limpia previsto para este 2024, Graham afirma que “la generación eólica y solar de la UE seguirá superando a la generación fósil, incluso si se volviera a la peor producción hidráulica de los últimos cinco años combinada con el mayor crecimiento de la demanda de electricidad de los últimos cinco años”.

“La transición energética de la UE está en marcha”, remacha Rosslowe. Los analistas de Ember son relativamente optimistas sobre el desarrollo de este proceso en la UE, incluso después de las últimas elecciones europeas. “El Parlamento anterior ya aprobó gran parte de la legislación necesaria para alcanzar los objetivos energéticos de la UE esta década”, recuerda Rosslowe. “La atención se centra ahora en los Estados miembros, que deben promulgar esas nuevas normas y competencias”, explica este especialista, que apunta también a que “la confirmación de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea indica que los objetivos del Pacto Verde siguen siendo una prioridad”.