Totoaba de cultivo, expediente sin resolver

MARCO A. MARES. EL ECONOMISTA

En el colmo de la paradoja, México mantiene en el cementerio de los expedientes sin resolver, el primer triunfo diplomático, que le permite registrar la primera granja de acuacultura, Earth Ocean Farms (EOF), con autorización para realizar comercio internacional de la carne de totoaba cultivada.

No es cualquier cosa. Luego de cuatro años de discusión en el seno de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (Cites), en una votación dividida 9 a 6, México obtuvo este importante reconocimiento.

Cites, hay que recordarlo, es un acuerdo internacional que tiene como fin proteger la supervivencia de las especies silvestres al asegurarse que el comercio internacional no represente una amenaza.

El Apéndice 1 incluye a las especies en peligro de extinción, como la totoaba, y su comercio a nivel internacional únicamente se permite cuando es comprobable que fue reproducida en cautiverio, sin afectar poblaciones silvestres y con excelente trazabilidad para evitar tráfico de especies.

La empresa que recibió la autorización de Cites es Earth Ocean Farms que dirige Pablo Konietzko, en La Paz, Baja California Sur.

Tal proeza diplomática en el contexto del complicado negocio de la Totoaba en el mundo, se logró con una votación dividida de 9 a favor y 6 en contra.

El contexto internacional ha sido muy difícil por el comercio internacional ilegal de Totoaba y la repercusión que tiene en la captura de vaquita marina, asociada.

Lo paradójico, es que teniendo la autorización de Cites en México, los cambios legislativos y regulatorios necesarios para que EOF, sigue durmiendo el sueño de los justos.

Simple y sencillamente no se han hecho.

Ahora, un año después, parece que ya está en camino de homologarse el marco legal mexicano al contexto internacional.

En la Cámara de Diputados, se comenta que el presidente de la Comisión de Economía, el diputado Jorge Inzunza (PAN) estará presentando una iniciativa de modificación a la Ley de Impuestos Generales para la Importación y Exportación, lo que permitirá finalmente autorizar la exportación de carne de totoaba de cultivo.

Abrir el mercado internacional a la exportación de totoaba de cultivo generaría varios beneficios:

Se potencia un recurso natural endémico del país y beneficia a la región de BCS con las cadenas de valor y la derrama económica que generaría este producto.

Se apoyaría la conservación de la especie, ya que el cultivo de totoaba permite la trazabilidad y el rastreo científico, mediante los cuales se identifica a los peces criados por medio de la acuacultura.

Se daría a conocer al mundo culinario las bondades nutricionales de este pez.

A pesar de ello, el país sigue enfrentando escenarios complejos: la vaquita marina y la totoaba comparten el ecosistema del Alto Golfo de California, por lo que de alguna manera se asocia que aquella esté en peligro de extinción a raíz de la pesca ilegal de la totoaba por parte de presuntos miembros de lo que en la zona se conoce como “el cártel del Dragón y la Totoaba”.

Aunque en semanas recientes, el país estuvo a punto de ver prohibida toda su exportación de bienes que la Cites clasifica como especies que requieren permisos especiales de exportación, como el cuero de cocodrilo, la caoba o diversidad de cáctus y plantas, entre miles de otros productos, no fue sino hasta que México presentó un Plan de Acción adecuado para proteger a la totoaba de la pesca furtiva y a la vaquita marina que Cites levantó dicha prohibición.

Veremos si se modifican las leyes correspondientes o si continúan entre los expedientes sin resolver.