(L. MOSCOSO / DPA. EXCÉLSIOR)
NUEVA YORK.— Un equipo del NYU Langone Health de la Universidad de Nueva York, en EU, informó ayer que realizó con éxito la primera cirugía combinada de bomba cardiaca mecánica y trasplante de riñón de cerdo modificado genéticamente a Lisa Pisano, una mujer de 54 años oriunda de Nueva Jersey con insuficiencia cardiaca y renal, sin posibilidades de trasplante y situación terminal.
La intervención se hizo en dos procedimientos, separados por nueve días, y fue ejecutada por dos equipos quirúrgicos. En el primer procedimiento, el 4 de abril en el Kimmel Pavilion de NYU Langone en Nueva York, los cirujanos implantaron la bomba cardiaca, un dispositivo llamado dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI), que generalmente se usa en pacientes que están esperando un trasplante de corazón o que de otro modo se consideran no elegibles para recibir un trasplante de corazón. Sin una bomba cardiaca, la esperanza de vida de la paciente se habría medido en días o semanas.
El segundo procedimiento fue un xenotrasplante, que es un trasplante de un órgano entre diferentes especies, y fue dirigido por el doctor Robert Montgomery el 12 de abril de 2024. “Es increíble considerar los logros científicos que nos han permitido salvar la vida de Lisa y lo que nos esforzamos por hacer como sociedad para todos los que necesitan un órgano que les salve la vida”, ha señalado tras la intervención.
Hasta la fecha, no se han documentado casos de personas con una bomba cardiaca mecánica que hayan recibido un trasplante de órgano de ningún tipo. Mientras que es el segundo trasplante conocido de un riñón de cerdo modificado genéticamente a una persona viva; el primero fue realizado en marzo pasado, en el hospital de Boston, en EU, a un hombre de 62 años.
Antes del procedimiento, la paciente Lisa Pisano se enfrentaba a una insuficiencia cardiaca y a enfermedad renal terminal que requería diálisis de rutina. No era candidata para trasplantes de corazón y riñón por la poca probabilidad de un buen resultado y porque no hay suficientes órganos para quienes los necesitan.
Todo lo que quiero es la oportunidad de tener una vida mejor. Después de que me descartaron para un trasplante humano, supe que no me quedaba mucho tiempo. Mis médicos pensaron en la posibilidad de que me aprobaran para recibir un riñón de cerdo editado genéticamente, así que lo hablé con mi familia y mi esposo. Él ha estado a mi lado durante esta terrible experiencia y quiere que sea mejor”, contó la paciente, que se está recuperando.