(DELIA ANGÉLICA ORTIZ. EL SOL DE MÉXICO)
¿Por qué Donald Trump aparece bailando YMCA que, por décadas, estuvo vinculado a los derecho LBTIQ+ y después ordena desmantelar todas la oficinas federales de atención a la diversidad sexual?
Seguí con atención la toma de posesión de Trump. La segunda de este siglo. Solo pensaba en cómo un clásico de Village People transformó las tan coreadas siglas de “YMCA” en el eslogan “Make America Great Again”: M.A.G.A.
En esta columna es obligado escribir sobre Trump, pues es un personaje íntimamente ligado con la sexualidad tanto por sus escándalos personales como por su postura ideológica y política respeto a los derechos sexuales y reproductivos.
Se ha pronunciado abiertamente por una agenda conservadora en la que la educación sexual se reduzca a entender el mundo de manera binaria: hombre-mujer. En donde la única sociedad posible sea resultado de una célula familiar binaria.
Sin embargo existen cientos (miles) de familias diversas, en donde el binomio “marido y mujer” no funciona. Experimentar lo no binario también es un derecho que cada persona debería tener. Y si hay alguien que no quiera experimentarlo, pues, también se le respeta. ¡Y ya!
YMCA vs MAGA
Desde el pasado 23 de diciembre, todavía sin tomar el cargo, Trump prometió “detener la locura transgénero”. Lo reiteró en su primer día de regreso a La Casa Branca y por eso fue más impactante que, al final del día, una agrupación como Village People, vinculada con la cultura gay neoyorkina, apareciera bailando con el presidente norteamericano.
La frase icónica de la letra original de la canción “YMCA” —que quizá cautivó a la comunidad de la diversidad— es “They have everything / For you men to enjoy / You can hang out / With all the boys / It´s fun to stay at the Y [guai] M [am] C [ci] A [ai]” (Tienen de todo / Para que los chicos disfruten / Pueden pasar el rato / Con todos los chicos / Es divertido ir a la Y…M…C…A…).
Sin embargo, desde 2020, en los mitines de Trump, el corillo de la versión original se sustituyó por “The American crowd, patriotic and proud, shout it! shout it out loud! M [am], A [ai], G [gi], A [ai]” (¡La multitud estadounidense, patriótica y orgullosa, lo grita! ¡grítalo en voz alta!: M…A…G…A…)
Desde hace cinco años que Trump buscaba reelegirse, la frase de campaña “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” inspiró que en la versión republicana de la pegajosa canción se escuchen frases como “That’s why / when it comes time to vote / Just remember / We are all in the same boat” [“Por eso / cuando llegue el momento de votar / Sólo recuerda / Estamos todos en el mismo barco”].
En ese intento de reeleccón, varios cantantes y músicos impidieron tajantes que Trump y su equipo usaran sus canciones. Incluido Village People le pidió dejar de utilizarla.
Sin embargo, el año pasado, el único integrante original de la boy band que permanece dentro de la banda con los derechos de la misma, Victor Willis (73 años) levantó la restricción a los repúblicanos.
Aunque, durante decadas, la comunidad de la diversidad sexual se sintió representada en los atuendos de los integrantes, en sus movimientos de baile y en las letras de éxitos como “YMCA”, Willis comenzó a hacer declaraciones respecto a que ni las canciones ni el concepto de la agrupacion fueron creadas para vincularse con la comunidad gay.
El productor original del grupo, el francés Jacques Morali, era abiertamente homosexual y al hacer la convocatoria para formar al grupo original no ocultó su preferencia por tomar los elementos de la escena queer de los años 70.
Ciertamente, no todos los integrantes de Village People son homosexuales. De los integrantes originales, solo Felipe Rose (caracterizado como indio cherokee) y Randy Jones (el vaquero) se declararon abiertamente gays y, obviamente ellos no participaron en la presentación con Trump.
De hecho, los integrantes originales iban y venían en el grupo, el mismo Willis (el policía y vocalista principal), algunos años no formó parte de los espectáculos.
En 2021, Willis retomó el control del grupo y lo relanzó con nuevos integrantes. Es entonces cuando presenta declaraciones tan sorprendentes como posibles demandas a quienes asocien a la agrupación con la homosexualidad.
Morali (quien compuso la música de la canción que volvió a populrizar Trump) murió en 1991, a los 44 años, así que no hay quien haga contrapeso a Willis (quien compuso la letra original). De los integrantes originales, Glenn Hughes, el motociclista, murió en 2001. Del resto, solo en el instagram del ex vaquero se ve una foto con una gorra con la leyenda: “Make America Think Again”.
Cierre de oficinas DEI y la obispa Mariann
Al día siguiente de la toma de protesta como presidente número 47 de la Unión Americana, en la traidicional misa a la que deben acudir los mandatarios como cierre de sus actos de investidura presidencial ocurrió algo inesperado para Trump. En el sermón le pidieron tener piedad con migrantes y la comunidad LGBTIQ+.
La obispa Mariann Edgar Budde le pidió piedad de la gente que ahora está asustada en ese país, ante las posibles acciones del mandatario. “Hay niños gays, lesbianas y transexuales, en familias demócratas, republicanas e independientes, y algunos temen por su vida”, dijo.
Budde es la primera mujer en el cargo de obispa de Washington. Es uno de los personajes más liberales dentro de la Comunión Anglicana mundial. Es historiadora, madre y abuela.
A pesar de la petición, pocas horas después, la nueva administración de Trump confirmó publicamente que se cancelaban los programas DEIA (Diversidad, Igualdad, Inclusión, Accesibilidad).
Estas oficinas del gobierno federal tenían la encomienda de promover la diversidad y la igualdad desde el gobierno federal. Trump sostiene que este tipo de programas han afectado las oportunidades de los “hombres blancos”, en ese país.
Sin embargo, se trata de iniciativas que buscan atender las necesidades de los grupos históricamente marginados por raza, género, orientación sexual, religión y discapacidad.
Seguramente los gobiernos locales deberán de encargarse de ofrecer servicios a estas comunidades vulnerables que, la mayoría de las veces, piden acceso a derechos fundamentales como el acceso a la salud, a la educación y al trabajo digno.
Esperaremos a ver cómo impactan estos cambios en la sociedad norteamericana y qué nuevas acciones toma este Trump “reloaded” que seguirá dando para escribir en esta columna.
