Una de cada tres escuelas comunitarias opera sin electricidad

(DULCE SOTO. EXPANSIÓN)

Las escuelas de educación básica comunitarias o indígenas enfrentan el mayor abandono en México. En el ciclo escolar 2022-2023, más de la mitad de las primarias y secundarias comunitarias carecía de agua potable o lavamanos y una de cada tres no tenía acceso a electricidad.

Mientras que 14.8% de las escuelas indígenas y 6% de las telesecundarias también carecían de luz eléctrica, de acuerdo con el informe Estudio Diagnóstico y Evaluación Integral del Derecho a la Educación 2023-2024.

El análisis es del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y dan cuenta de los retos que todavía enfrenta el país para garantizar el derecho a la educación.

Además de la infraestructura deficiente en algunas escuelas, la baja cobertura educativa es otro obstáculo. Las niñas y niños menores de 5 años y la juventud de 18 a 24 años son quienes más quedan fuera del sistema educativo.

En 2022, 4.8% de las infancias de 0 a 2 años no asistió a servicios de educación inicial; 23.9% de quienes tenían entre 3 y 5 años no fueron inscritos en preescolar, y 70% de jóvenes no cursa la educación superior.

La baja disponibilidad de universidades, de 0.6 por cada 1,000 jóvenes, es una de las razones por las que apenas uno de cada tres asiste a escuelas superiores, explica el Coneval.

Esta desigualdad se agudiza en la población hablante de lenguas indígenas. En 2022, solo el 9.4% de estos jóvenes asistió a educación superior, en comparación con el 35.9% de los jóvenes no hablantes de lengua indígena que sí lo hicieron.

Para las personas con alguna discapacidad tampoco es fácil. En 2022 había 1.1 millones de personas con discapacidad en edad escolar, pero los servicios públicos de educación especial atendieron a menos de 600,000 personas. Sin embargo, esas escuelas carecen de información para identificar cuántas personas tenían alguna discapacidad.

“De manera que es posible que el número de personas con discapacidad cubiertas por los servicios escolares pertinentes sea menor que esa cifra”, advierte el estudio.

Las carencias en la infraestructura educativa, la baja cobertura escolar y el rezago educativo impiden que todas las personas tengan garantizado el derecho a la educación en México.

El Coneval explica que es necesaria una estrategia integral que atienda el bajo rendimiento académico de las y los estudiantes, y dé prioridad a los centros escolares cuyo rendimiento es menor.

También recomienda ampliar la oferta de educación indígena en secundaria y media superior e implementar mecanismos para la inclusión educativa de las personas con discapacidad, así como fortalecer la cobertura y el diseño de los programas de becas para contribuir a la atención de las poblaciones más vulnerables.

Respecto a las escuelas sin servicios básicos de infraestructura, subraya que se debe realizar un diagnóstico de los planteles y sus carencias más urgentes, además de un plan de mediano y largo plazo de mejora de la infraestructura.

Para ello, menciona, es urgente modificar el programa La Escuela es Nuestra, a través del cual se otorgan recursos a las escuelas para mantenimiento e infraestructura. La meta es que asegure que los recursos sean focalizados en aquellas escuelas con mayores deficiencias de infraestructura.

Dulce SotoReportera en Expansión Política. Antes colaboró en el diario Reforma y en Corriente Alterna. Fue finalista del Premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos de la ONU, y una de las 10 periodistas de América Latina seleccionadas para Cambia La Historia, un proyecto periodístico de la DW Akademie.

@dulceanahisoto

Varias escuelas comunitarias de México funcionan sin electricidad. En algunos municipio, como Acapulco (foto), el impacto de huracanes ha afectado los planteles que de por sí ya registraban carencias en infraestructura. (Foto ilustrativa: Carlos Alberto Carbajal)