(MIGUEL ÁNGEL ENSÁSTEGUI. EL SOL DE MÉXICO)
Los centros de datos en México se encaminan hacia una nueva etapa de transformación, en la que la conectividad de alta velocidad, la eficiencia energética y la infraestructura inteligente serán elementos clave para sostener el crecimiento digitalen los próximos años.
De acuerdo con Panduit, firma especializada en soluciones de conectividad e infraestructura eléctrica, la demanda de procesamiento de datos ha crecido de forma acelerada por el avance del comercio electrónico, el despliegue de tecnologías como 5G y el desarrollo de la inteligencia artificial.
En este entorno, los centros de datos enfrentan exigencias crecientes en velocidad, escalabilidad y sostenibilidad operativa.
“Si el corazón de la digitalización es el procesamiento de datos, las arterias son las redes que lo soportan”, señaló Víctor Juárez, gerente de desarrollo de negocios para centros de datos en Panduit Latinoamérica, al subrayar que la industria requiere migrar hacia estructuras modulares, resilientes y con menor consumo energético.
En entrevista con El Sol de México, el ejecutivo explicó que uno de los principales desafíos que enfrentan estas instalaciones es garantizar la conectividad con baja latencia y sin interrupciones.
También advirtió que ante el auge de aplicaciones basadas en inteligencia artificial y dispositivos conectados, será necesario adoptar tecnologías como el cableado categoría 6A, fibra óptica OM5 y racks modulares de alta densidad.
Desde su perspectiva, hoy los centros de datos han pasado de centralizar la tecnología de la corporación, hasta transformarse en un ecosistema de innovación, con un papel fundamental en la estrategia de todas las compañías.
No obstante, la estabilidad del suministro eléctrico representa un reto, pues la Asociación Mexicana de Energía (AME) ha estimado una inversión de 25 mil millones de dólares en generación eléctrica privada, mientras que organismos internacionales anticipan que para 2030 las tecnologías de la información concentrarán más del 20 por ciento de la demanda global de electricidad, de la cual un tercio corresponderá a los centros de datos.
En este contexto, la eficiencia energética deja de ser solo un objetivo de sustentabilidad para convertirse en una necesidad operativa.
“Un centro de datos energéticamente eficiente no solo consume menos, también genera menos calor, requiere menos refrigeración y reduce los riesgos operativos. Un desafío adicional tiene que ver con el acceso a energías renovables, vinculadas a un marco de regulación, que permita la cogeneración y la sub distribución de energía”, explicó Juárez.
Por ello, se destaca el uso de sistemas de monitoreo ambiental, distribución eléctrica inteligente y soluciones de manejo térmico como parte de una nueva estrategia de diseño.
Además, el enfoque hacia una infraestructura inteligente implica dotar a los centros de datos de capacidades de analítica avanzada y monitoreo predictivo.
Estas herramientas permitirán anticipar fallas, reducir los tiempos de inactividad y mejorar el uso de recursos ante entornos dinámicos o situaciones inesperadas, como ciberataques o eventos climáticos extremos, según el directivo.
“Ya no basta con tener infraestructura robusta. Hoy debe ser inteligente, capaz de autodiagnosticarse, predecir fallos y adaptarse al comportamiento de los usuarios”, concluyó Juárez.
Hacia 2025, los centros de datos dejarán de ser espacios rígidos de almacenamiento para convertirse en ecosistemas vivos, autónomos y sostenibles, donde la infraestructura eléctrica y de conectividad definirá el ritmo de la innovación tecnológica en el país.
