Usos y recomendaciones de la Inteligencia Artificial para la investigación

(XIMENA RÌOSMAYO. CRÒNICA)

En la actualidad, la Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una herramienta de difícil acceso y exclusiva de unos cuantos para convertirse en una aliada en la cotidianidad. Su uso se ha extendido a la generación de ideas creativas, imágenes e incluso asistencia emocional, y el ámbito de la investigación académica no es la excepción. La IA se ha transformado en una herramienta rápida y personalizable que ha revolucionado la manera en que estudiantes, profesores e investigadores llevan a cabo sus procesos de búsqueda, redacción y análisis, no obstante, junto con estos múltiples beneficios también emergen riesgos éticos y desafíos.

Para hablar sobre este tema, la profesora investigadora del Área Académica de Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Rosalía Guerrero Escudero, ofrece una mirada crítica y constructiva sobre cómo integrar correctamente la Inteligencia Artificial en la investigación. Cabe mencionar que ha dedicado gran parte de su labor a estudiar el impacto de la IA en el ámbito educativo, así como la percepción que docentes y alumnos tienen sobre su uso.

Una herramienta al servicio del investigador

La IA está presente en nuestro entorno desde hace varios años. Motores de búsqueda como Google ya trabajan con algoritmos de Inteligencia Artificial, y muchas bases de datos académicas los emplean para ofrecer resultados personalizados.

Entonces, ¿cuál es la diferencia actualmente? La respuesta radica en que, más allá de buscar y organizar información, las herramientas actuales son capaces de redactar, corregir, resumir e incluso adaptar contenidos según las necesidades del usuario.

“La IA debe ser un asistente que facilite algunas áreas del trabajo académico, no una sustitución del mismo”, comentó la experta Garza, añadiendo que el producto académico o de investigación debe mantener la originalidad de quien lo realiza. Recalcó que la obtención y verificación de datos relevantes es responsabilidad del docente, ya que es una cuestión fundamental para la autoría intelectual.

Como ya se mencionó, entre las ventajas más evidentes de estas herramientas destaca su eficiencia, pues tareas que antes requerían días o semanas de investigación ahora pueden resolverse en cuestión de horas o incluso minutos.

Hoy en día existen numerosas herramientas digitales de IA. Entre las más utilizadas se encuentran ChatGPT, de OpenAI, diseñada para apoyar en la redacción, análisis de información y generación de ideas en diversos ámbitos, incluyendo el académico; y Gemini, de Google, creada para procesar y generar textos, redactar, traducir, resumir y mantener conversaciones.

Riesgos: sesgos, veracidad y ética

A pesar de los múltiples beneficios de la IA, también existen riesgos que deben tomarse en cuenta para su uso adecuado. Uno de los principales es el sesgo que pueden presentar algunas herramientas, en especial en sus versiones gratuitas.

Según Guerrero Escudero, muchas veces la información generada proviene de fuentes con poca validez científica o que no están debidamente referenciadas, lo que puede poner en riesgo la confiabilidad del trabajo.

“Las mismas plataformas te dicen que verifiques la información porque puede ser errónea”, apuntó la investigadora de la UAEH. En este sentido, recalcó que la IA debe ser solo un punto de partida y un apoyo para la investigación, no la respuesta final o definitiva.

Otro aspecto importante es el uso ético. El famoso “copiar y pegar” es un error grave, ya que puede derivar en prácticas de plagio. Por ello, la investigadora insiste en que las herramientas de IA deben utilizarse para complementar y enriquecer el trabajo, no para sustituir la labor investigativa.

Los prompts y la personalización

Por otro lado, la investigadora Guerrero invitó a aprovechar correctamente la Inteligencia Artificial y sacarle el máximo provecho mediante el uso de los prompts, una de las claves para su utilización eficaz. Los prompts son las instrucciones que el usuario proporciona al asistente virtual para obtener respuestas más específicas y pertinentes; dichas indicaciones definen la relevancia de la información generada por la IA.

La investigadora aconsejó especificar claramente en el mensaje cómo debe actuar la herramienta, ya que el sistema personaliza sus respuestas según el perfil solicitado.

Asimismo, a medida que se utiliza, la IA reconoce los temas que el usuario consulta con mayor frecuencia y adapta sus respuestas a necesidades específicas. Por ello, también es recomendable corregirla cuando ofrece información errónea, ya que este tipo de retroalimentación contribuye al aprendizaje del sistema.

Para aprender a formular prompts eficaces y responsables, la profesora sugirió participar en cursos y talleres. Incluso, existen múltiples videos disponibles en plataformas como YouTube sobre este tema.

Un llamado a los docentes: guiar con pensamiento crítico

En el desarrollo de su investigación sobre la percepción del uso de la Inteligencia Artificial en el ámbito académico, la profesora Guerrero ha detectado un riesgo importante: la dependencia excesiva a estas herramientas.

Con un sistema rápido y accesible que ofrece respuestas estructuradas y completas, los usuarios pueden caer en la tentación de aceptar la información sin cuestionarla, revisarla ni contrastarla, lo que puede afectar el desarrollo del pensamiento crítico y la capacidad de análisis.

Por ello, hizo un llamado especial a las y los docentes: considera un error suponer que el uso de estas tecnologías puede evitarse, ya que los alumnos resolverán sus problemas con las herramientas a su alcance. Subrayó que el papel de los profesores es guiar hacia un uso ético y crítico de estas tecnologías.

Es así como la irrupción de la Inteligencia Artificial en la educación y la investigación representa un parteaguas que obliga a repensar nuestras prácticas investigativas, educativas y éticas. Si bien la IA puede hacer más eficiente el trabajo, también exige mayor responsabilidad, revisión constante y una actitud crítica.