(LEONARDO DOMÍNGUEZ. CONFABULARIO. EL UNIVERSAL)
Por primera vez se publica al español los cinco tomos de Cosmos, la obra más importante de Alexander von Humboldt, encomienda a la que entregó los últimos años de su vida. El naturalista alemán, quien viajó a América a principios del siglo XIX, reformuló el método de hacer y divulgar la ciencia, a través de los recursos literarios de la época, cuenta el coordinador de este volumen que publica Siglo XXI Editores
Después de cinco años y luego de recorrer más de 10 mil kilómetros del continente americano, Alexander von Humboldt regresó a París en agosto de 1804. Su retorno fue celebrado, miles de franceses acudieron a ver la personificación del mito: el explorador que se había sumergido en las desconocidas tierras de un nuevo mundo.
Su expedición por América era el principio de una odisea: plasmar en libros los frutos de sus investigaciones. El inagotable anhelo de Humboldt por descubrir lo llevó a escenarios inhóspitos, pero no con la mirada de un viajero cualquiera sino como un observador meticuloso de los fenómenos naturales y del ser humano.
Naturalista, geógrafo y astrónomo, entre varios calificativos más, Alexander von Humboldt nació en el seno de una familia aristocrática de Prusia, en 1769. A su bautismo asistió Federico Guillermo, quien sería el futuro rey; sus tutores despertaron en él la pasión por las ciencias; su casa era visitada por personajes ilustres de la época, acogió a Goethe en el único viaje que realizó a Berlín. La posición económica que le heredó su familia le permitió financiar una parte de sus viajes.
En su pasión por conocer y describirlo todo, embarcó los últimos años de su vida en lo que sería su obra cumbre: Cosmos, un ensayo de cinco tomos en el que desarrolló sus tesis sobre el universo, desde las plantas, animales, ríos, volcanes hasta el comportamiento de los astros; además, su narración también se centra en el desarrollo del conocimiento de las civilizaciones, una mirada que exaltaba la curiosidad del barón prusiano.
La editorial Siglo XXI publica por primera vez la obra completa de Cosmos, traducida del alemán al español. El trabajo estuvo coordinado por Adrián Herrera Fuentes, doctor en Lenguas Romances y docente de la Universidad de Colonia, en Alemania. Así como Humboldt, la materialización de este ensayo en español tuvo que sortear una serie de vicisitudes: entre ellas, la vasta información que generó el naturalista en su afán de entregar una obra sin comparación.
Cosmos, más que una enciclopedia, luce como una invitación para despertar la curiosidad.
El término enciclopedia es una etiqueta que se le ha dado a Cosmos, pero a la que Humboldt se opuso. Este libro de ninguna manera debe ser leído como tal, lo que buscaba presentar a sus lectores era el status quo de las ciencias más importantes de su época e invitar a despertar la curiosidad por la investigación científica, así como el anhelo de viajar por el mundo con una mirada naturalista. Para su época, Cosmos fue un trabajo innovador porque pretendía poner en un sólo espacio todo lo que se conocía sobre astronomía, vulcanología, geología, historia de las ciencias, que a su vez está relacionada con la historia cultural de distintos pueblos. Humboldt, así como otros de sus contemporáneos, era consciente de que los avances que se vivían no eran resultado de una sola nación, mucho menos de Europa, sino gracias a la interacción con las culturas egipcia y asiática, así como del mundo árabe. El punto en el que se encontraba Humboldt en el siglo XIX es sólo un pequeño eslabón de una cadena muy compleja que no sabemos hasta dónde llegará.
Comentas que fue una obra innovadora, ¿cómo fue recibida por el público en 1845?
Hubo intentos similares al de Humboldt en años anteriores, lo innovador fue la manera literaria en la que lo escribió, que logró ser objeto de la curiosidad de cualquier persona, no sólo de los eruditos. Humboldt tenía la fama de ser muy elocuente, tenía la capacidad de exponer sus conocimientos de una forma clara y amena, era muy popular en el Berlín y París de su época, mucha gente se sentía fascinada por su figura. Cuando sale el primer volumen de Cosmos resultó en un tremendo éxito editorial, de inmediato se hicieron traducciones, la más exitosa fue la del inglés que hizo Elizabeth Sabine y fue muy popular en Gran Bretaña y Estados Unidos, donde Humboldt era admirado porque la construcción de la nación norteamericana se dio a partir de su identificación con la naturaleza de la región. Mientras que la traducción al francés fue hecha por dos científicos, Charles Galusky y Hervé Faye, que también tuvo un eco tremendo en París, ciudad donde Humboldt vivió durante 20 años. De hecho, la primera traducción que se hizo de Cosmos al español está basada en la edición francesa.
Pasaron 17 años para que se publicarán todos los tomos, de hecho el último se publicó tras la muerte de Humboldt. ¿A qué se debe? ¿Qué retos enfrentó el naturalista alemán durante este lapso?
Humboldt quería publicar este proyecto muy rápido, era un hombre mayor cuando comenzó esta aventura, así que quería asegurarse de dejarlo terminado. Sin embargo, era tan obsesivo con el detalle y tan perfeccionista que el trabajo se prolongó. Los primeros dos tomos se publicaron con una separación de dos años, luego, para el tercer tomo pasaron otros cinco años, y entre los últimos tomos pasaron ocho. Tenía un afán por el perfeccionismo, sometió sus manuscritos a la revisión de algunos colegas, lo que retrasó el proceso. Además, las circunstancias de la última parte de su vida también influyeron en la publicación de Cosmos: Humboldt ha pasado a la historia como un barón, un hombre de nobleza que financiaba sus viajes con los recursos heredados, pero pasó una vejez en relativa pobreza, pues tenía problemas financieros que le obligaban a trabajar, laboró con el rey de Prusia, Federico Guillermo IV, en distintas actividades de la Corte, desde asuntos diplomáticos hasta culturales, y eso le consumía, según sus propias palabras, mucho tiempo.
En su anhelo de perfeccionismo, Humboldt generó una cantidad importante de información. ¿A qué retos te enfrentaste para coordinar esta publicación?
Como jefe de este proyecto me correspondía fijar un texto base porque hay muchísimas ediciones, todas ellas se parecen entre sí, pero hay ligeras diferencias y también hay errores, incluso en la edición más “pura”. Elegimos la edición original en alemán, pero eso también nos obligaba a comparar con otras versiones detalles que eran difícil de resolver, por ejemplo: el asistente de Humboldt añadió datos en un apéndice final, pero se desconocía a qué parte correspondía cada nota. Otro de los desafíos fue darle unidad a las notas bibliográficas porque a veces citaba el mismo libro con distintos nombres. Comenzamos a trabajar en este proyecto hace cinco años, ha sido un periodo complejo de traducciones, correcciones, investigación y de un armado iconográfico que acompañe al contenido. La pandemia nos metió el pie, nos paralizó durante un buen tiempo. Las versiones en español son de la década de los 70 del siglo XIX: una se hizo en España y se intentó hacer otra en México, pero no se terminó, estas traducciones se basan en la edición francesa, se puede ver muy claro en las toponimias y las sintaxis de las frases. Nuestro trabajo es la primera versión completa en español hasta el tomo 5, además publicamos un volumen con mapas que acompañaron originalmente a la edición alemana, del geógrafo Henrich Berghauss, quien hizo un atlas que el mismo Humboldt le propuso.
Una de las principales hipótesis de Cosmos es que todo está interrelacionado. Los paradigmas de la ciencia han cambiado mucho desde la publicación de esta obra, pero parece que la teoría de Humboldt no era tan descabellada.
Sí, el conocimiento científico ha avanzado muchísimo. Humboldt fue uno de los últimos eruditos que intentaron estudiar la mayor cantidad de disciplinas posibles, una parte inspirado por la tradición científica de la época y otra por su propia curiosidad. Tengo la impresión de que ahora hemos llegado al otro extremo, en el que nos hemos hiperespecializado; hoy, nos enfrentamos a retos globales sumamente complejos como el cambio climático, al que debemos reaccionar no sólo desde el campo de la física y la geología, sino también debemos apelar por una dimensión filosófica y económica del problema.
Humboldt fue un viajero incansable. ¿Su figura fue determinante para inspirar otros géneros literarios?
Él inspiró a muchísimos autores, principalmente científicos, como Charles Darwin, quien se motivó aún más por las ciencias naturales gracias a los relatos de Humboldt sobre América del Sur. En Alemania hay otros autores que se cautivaron por su estilo como Theodor Fontane, otro viajero obsesivo interesado en lo que hoy llamamos observación sociológica; podemos verlo en la obra de Gabriel García Márquez, Walt Whitman y Julio Verne.
¿Cuál es el vínculo entre Humboldt y México?
México fue la región de América Latina donde Humboldt pasó más tiempo; estuvo un año. Le dedicó el Ensayo Político sobre la Nueva España, le parecía que esta región era ideal para desarrollar ciencia, pues para aquella época ya había cierta infraestructura, y por su posición geográfica, con varios climas, lo hacía un lugar óptimo para establecer una Academia de Ciencias. Lamentablemente, Humboldt nunca más volvió a México ni a América porque su hambre por descubrir era tan amplío que se fue interesando por otras regiones del mundo. Humboldt formula que la Nueva España tenía la madurez suficiente para desarrollarse de forma independiente, esto legitima un discurso independentista, nosotros conocemos el resultado.
¿La obra de Humboldt también es un registro de la dimensión de la depredación humana?
Si hiciéramos un cotejo entre las especies de plantas que descubrió en América del Sur y las que aún existen, vamos a encontrar diferencias importantes, desgraciadamente en negativo. Otro de sus grandes aportes fue el establecimiento de las líneas isotérmicas: basándose en observaciones de otros científicos, Humboldt llegó a la conclusión de que nuestro planeta estaba cruzado por líneas con similitud de temperaturas. No lo sé, pero me interesa conocer si estas líneas están vigentes o si las temperaturas han cambiado. Humboldt nos deja un retrato interesante sobre el status quo de la naturaleza de su tiempo; en el siglo XIX, él ya estaba muy consciente de que la mano del hombre era voraz, que implicaba destrucción.
Como hemos comentado, la ciencia avanza velozmente. ¿Por qué sigue vigente la obra de Humboldt?
Lo que continúa vigente de Humboldt no son los datos duros porque muchos de ellos se han perfeccionado o superado, pero lo que perdura es su enfoque humanista sobre la ciencia y su acercamiento interdisciplinario. Humboldt nos inspira a acercarnos a los problemas de una manera polifacética, en la que no debemos olvidar en ningún momento la dimensión humana y cultural. Nos enseña que la naturaleza y el conocimiento son algo hermoso, algo que se debería disfrutar y apreciar. Ese aporte lo hace inmortal.
FOTO: El barón Alexander von Humboldt, sentado junto a un globo terráqueo, con un manuscrito de Cosmos. Crédito de imagen: Collection Charlottenhof Palace